De la confirmación del gran centro de I+D+i en Avilés de un grupo líder de Defensa al fracaso del Principado
Es difícil sustraerse al vértigo que están originando los primeros días de la llegada del patético, por decir algo, presidente de los Estados Unidos a la Casa Blanca, él y su grupo de exaltados de su Gobierno, además de los apoyos ‘externos’ tipo Musk. El insólito espectáculo amenazante del viernes, transmitido en directo desde el Despacho Oval hacia el presidente de Ucrania ha dejado sin habla a todo el planeta. En menos de cuarenta días el mundo ha cambiado de forma vertiginosa en todos los aspectos y no anuncia nada bueno de cara al futuro. Lo de la guerra nuclear o lo de la Tercera Guerra Mundial empieza a repetirse ya con una naturalidad que asusta, con lo que el temor fundado a una ralentización del crecimiento económico mundial debido a la política arancelaria que parte del ‘Make America Great Again’ (MAGA) propuesto por el arrogante presidente de Estados Unidos no hace más que asentarse en el imaginario colectivo. Añadamos a todo esto los años perdidos por la Unión Europea con unas políticas erráticas en el pasado que han llevado ahora a la grave crisis de las economías de sus integrantes en general y de su industria en particular.
Ante este panorama es poco lo que se puede hacer a nivel interno, Asturias-Avilés, más allá de centrar el esfuerzo en mantener y reforzar el tejido económico, empresarial, industrial y de innovación con el que contamos. Y quedar a la espera de que se despeje el inquietante panorama actual. Poco más.
Esta semana se ha producido la confirmación de una noticia importante para Avilés, como la que supone la apuesta del Grupo Escribano –Escribano Mechanical & Engineering, EM&E– para convertir su centro de I+D+i de Avilés en el eje de la investigación de todo el grupo, según anunció su presidente, Javier Escribano, en el encuentro que mantuvo el pasado jueves con el presidente del Principado, Adrián Barbón.
Instalado temporalmente en La Curtidora en el mes de diciembre, gracias a una política de éxito que consiste en hacer la vida fácil a las empresas y que se sientan cómodas en ese espacio, el Grupo Escribano ha decidido ya que Avilés sea ya su sede definitivamente. Para ello, ha confirmado que se quedará con los más de 300 metros cuadrados que en su día había dejado libres CSC, hoy DXC, tras su traslado al edificio de La Palmera, a la entrada del PEPA. El centro de I+D+i de EM&E ocupará los 150 metros cuadrados de la parte superior para oficinas y los 150 metros de la parte baja para laboratorios.
La noticia, ya de por sí muy importante, tiene otros matices que conviene valorar. Nos encontramos no solo ante un grupo líder por sí mismo en innovación y tecnología de la defensa y seguridad, sino que sus ramificaciones se extienden cada día más. El Grupo Escribano posee el 16,33 por ciento de Tess Defence, referente español en programas de defensa terrestre, junto a Indra, Santa Bárbara Sistemas y SAPA.
Pero a la vez, el Grupo Escribano es el primer socio industrial y segundo accionista de Indra (14,3%) por detrás de la SEPI (21,15%). Hace solo unos días, Ángel Escribano era nombrado nuevo presidente ejecutivo de Indra, en sustitución de Marc Murtra, que a su vez sustituía a José María Álvarez-Pallete al frente de Telefónica. Indra es una multinacional de transporte, defensa, energía, telecomunicaciones y servicios financieros, situándose entre las cien mayores compañías mundiales de defensa y seguridad.
Para cerrar el círculo, Indra se hizo recientemente con el control mayoritario de Tess Defence, con un 51,001%. Y como apunte final, el Grupo Escribano posee el 40 por ciento de la empresa Sistemas de España (SMS) y ha creado también una nueva filial de electrónica, EM&E Electronics.
Hay que sumar la potencialidad de este grupo que asienta ahora su división de I+D+i en Avilés, tanto por su presencia en compañías y sectores como en su expansión por veinticinco países, para alcanzar a ver las posibilidades que se pueden abrir en el futuro con su sola presencia aquí. Esa política de La Curtidora de acompañamiento a las empresas, de «facilitarles la vida», constituye sin duda un componente más, extraordinario, para la captación de nuevas inversiones.
De momento, apuntemos un nuevo centro de I+D+i que añadir a ese Avilés industrial e innovador que sigue creciendo, a la espera de que el panorama económico mundial despeje las actuales sombras.
El Principado, el viceconsejero de Ciencia, no parece que estén acertando en sus planes de crear en Asturias un gran centro tecnológico. No lo consiguieron cuando plantearon fusionar los centros tecnológicos de Asturias –CTIC (Centro Tecnológico de la Información y Comunicación), ASINCAR (Asociación de Investigación Industrial de la Carne del Principado de Asturias) y CETEMAS (Fundación Centro Tecnológico y Forestal de la Madera), que no aceptaron la propuesta–, ni lo están consiguiendo con el único que quedaba: Idonial.
La decisión de abandonar Idonial por parte de once de las veinte empresas que conformaban su Patronato no deja de ser un sonoro fracaso de las gestiones que «de forma discreta» venía llevando a cabo la viceconsejería después de que la mayoría privada del Patronato de Idonial le dijera en el mes de diciembre que el planteamiento hecho a través del estudio realizado por una consultora vasca (más de 200.000 euros de minuta) no les servía. El abandono de once empresas–¡qué empresas!– es una pésima noticia para Idonial, para la innovación de Asturias y para Avilés.
Quedamos a la espera del siguiente capítulo. A lo mejor alguien reconoce su error de planteamiento y de formas y reseteamos el proceso.
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el 2 de marzo de 2025