La tripulación de velero de Ecologistas en Acción demostró un absoluto desconocimiento de Avilés y un escaso interés por los datos
De lamentable hay que calificar la estancia en el puerto de Avilés del velero de Ecologistas en Acción ‘Diosa Maat’, cuya tripulación no sólo demostró un absoluto desconocimiento de la ciudad a la que había llegado, sino que se permitió el lujo de criticar, ante los medios de comunicación y en sus cuentas de las redes sociales, determinadas cuestiones que lo único que hicieron fue dejar en evidencia ese desconocimiento y el desprecio hacia la misma ciudad que los había acogido, incluso mimado, para que su estancia fuera de lo más tranquila y ‘barata’.
Lo más triste de esta singladura en Avilés es que dispusieron de algún cicerone local, confundido seguramente entre su papel de ecologista y político, que resultó ser uno de los más críticos a la hora de resaltar que en el puerto había «montañas de carbón», torres eólicas «destinadas a la exportación» o que no se «hacía limpieza en las aguas del puerto». En este sentido, el presidente de la Autoridad Portuaria ya hizo el pasado martes una serie de puntualizaciones en las páginas de este periódico, por lo que no merece la pena profundizar más sobre esas cuestiones.
Sí conviene resaltar un par de detalles. El velero ecologista ‘Diosa Maat’ llegó a puerto con bandera belga, lo que significa –como sabe cualquiera en las primeras lecciones del curso de patrón– que es la fórmula que eligen muchos para asegurarse una normativa más ‘amable’ y barata que la española hasta en cuestiones de seguridad, lo que no deja de ser chocante para una tripulación que va de puerto en puerto pregonando las excelencias del movimiento que ella dicen representar. Y por otro lado se señala que su comportamiento personal en las instalaciones portuarias que les fueron cedidas a «tarifa plana» dejaron bastante que desear.
Como seguramente esta tripulación y sus cicerones no tienen mucho interés en conocer las características de la ciudad y del puerto en el que estuvieron, creo que es conveniente, frente a las teorías y la palabrería, ofrecer los datos de una ciudad y de su puerto que en los últimos años han hecho un esfuerzo tan impresionante que es posible que no se pueda encontrar en este país un ejemplo similar.
Avilés es una ciudad eminentemente industrial. Aquí siguen abiertas cinco multinacionales industriales, un buen montón de empresas del sector metal mecánico, un puerto comercial que se sustenta en el movimiento de graneles sólidos, con capacidad para albergar las necesidades de nuevos sectores, lo que le da un movimiento anual de unos cinco millones de toneladas.
Pero Avilés, la cuna de la siderurgia integral española o la líder mundial en capacidad de producción de zinc, por citar dos ejemplos, no sólo supo afrontar las sucesivas crisis de las reconversiones industriales, sino que medioambientalmente dio siempre un paso al frente para tratar de corregir los efectos devastadores de haber sido una de las ciudades más contaminadas de Europa. Y hoy puede presumir de haber realizado una recuperación medioambiental que seguramente no tiene parangón en España y en la mayoría de territorios europeos.
Se podría hablar del saneamiento integral de la ciudad o de la recuperación de las aguas de la ría, o de la limpieza de los lodos, pero para ceñirnos a las críticas de los tripulantes del ‘Diosa Maat’ y sus cicerones, es mejor ofrecer, con datos, el esfuerzo que han realizado en los últimos años tanto el Puerto de Avilés como las empresas que lo utilizan para su desarrollo diario. Vayamos con los datos.
Primera premisa. Avilés es una ciudad industrial y por lo tanto soporta índices de contaminación inherentes a esa actividad.
Segunda premisa. Todas las empresas cumplen con la normativa medioambiental exigida por las administraciones regional, nacional y de la Unión Europea. Otra cosa diferente son las incidencias puntuales que son detectadas y sancionadas en su caso en aplicación de esas mismas normativas.
De los cinco millones de toneladas de mercancías que más o menos mueve anualmente el puerto de Avilés, el 60 por ciento corresponde a graneles sólidos y más de la mitad están ya este año a cubierto. Desde 2013, la Autoridad Portuaria ha afrontado una serie de proyectos encaminados a mejorar los apantallamientos de la zona, después de que los atentados del 11 S en Estados Unidos provocaran una nueva normativa en espacios como los puertos, que se vieron obligados a cambiar todo su sistema de accesibilidad y cierre, cosa que se hizo en el de Avilés. Desde ese año de 2013 hasta hoy se produjeron cambios en los acopios de minerales como los concentrados de zinc, se levantaron pantallas opacas y porosas y separadores de hormigón, que suman más de 900 metros. Se instalaron mil metros de sistema de regado de viales. El gasto en limpieza de muelles y viales se eleva a 396.000 euros anuales, incrementándose en otros 20.000 para la limpieza en domingos. Está en ejecución el sistema SPA, que supondrá la instalación de 63 nuevas cámaras integradas en el Centro de Control del Puerto. Se adjudicó en 90.800 euros la campaña de caracterización de partículas en el Matadero y en el parking de la Autoridad Portuaria. Se procedió a la repavimentación de 500 metros de la Avenida de la Playa por importe de 206.523 euros. Se acomete la instalación de sistema de riego sobre viales en torno al cierre perimetral de García Munté, por importe de 70.000 euros. Colocación de 600 metros de pantalla arbórea (901 árboles) en el cierre perimetral del Puerto en el Playón de Raíces, con un presupuesto de 20.400 euros. Nuevo acceso rodado al Centro Niemeyer, con 137 metros de pantalla arbórea, 52.533 euros. Regularización de la explanada del parking del Espartal, 7.395 euros. Y se podría seguir. En el Plan de Calidad del Aire hasta 2017 se contemplaban unas inversiones de tres millones largos de euros. Al final de ese año, las inversiones ascendieron a 5.049.017 euros por parte de la Autoridad Portuaria.
En ese mismo periodo de 2014 a 2017, las empresas que utilizan o trabajan directamente en el puerto invirtieron más de cuarenta y dos millones de euros, en concreto 42.341.997,89 euros. Asturiana de Zinc ha estado por encima de los 25 millones, García Munté, casi seis; Marítima del Principado, 2,5; Angilvi, 2,4; Asturiana de Fertilizantes, 1,2; o Alvargonzález, 1.024.088. Fertiberia, entre 1,5 y dos millones cada año.
Pero hay más datos que deberían tener en consideración los tripulantes del ‘Diosa Maat’ y sus cicerones locales. Hay problemas con las baterías de cok de ArcelorMittal, pero tiene los días contados. Su cierre es inminente y si ha habido algún retraso ha sido por culpa de una Administración regional demasiado pendiente de las denuncias diarias de un Colectivo Ecologista que busca sobre todo titulares que le sitúen como trending topic (sic), aunque para ello no haya tenido empacho en titular una de sus notas de prensa con un intolerable «ArcelorMittal fumiga Avilés con benceno». ArcelorMittal acaba de anunciar una inversión en medio ambiente para los próximos cuatro años de 200 millones de euros.
No sé si al ‘Diosa Maat’ y a sus cicerones les interesarán estos datos. Espero que sí.
Publicado en La Voz de Avilés-El Comercio el día 22 de julio de 2018