La verdad es que es pequeña en cuanto a usuario y además vivo en Avilés, en donde los taxistas son, en general, un modelo de corrección en todos los sentidos. (Lo que no es óbice para que hace unos pocos días casi me bajara de uno en marcha, cuando me dio palique y me vino a decir que “Avilés ya existía antes que llegara Ensidesa”, y que por lo tanto, dicho con otras palabras, los “coreanos” sobrábamos. (Lógicamente él no sabía que yo era un “coreano”. Es lo que tiene ser un atrevido y soltar la lengua sin un mínimo de prudencia).
Cuento mi experiencia más o menos reciente en Madrid, en Barcelona y en Praga. En Madrid, coche sucio por fuera y por dentro, taxista en bermudas y sin duchar (el pelo grasiento no engaña), la Cope al alto la lleva y aire acondicionado brillando por su ausencia. En Barcelona, taxista joven en bermudas y chanclas para ir del centro al aeropuerto. Coche sucio en general. La SER al alto la lleva, con comentarios despectivos del taxista hacia Mariano Rajoy.
Aeropuerto de Praga, taxi contratado vía internet. Taxista con traje y corbata. Coche impoluto, recién salido del concesionario. ¡Skoda, por supuesto, estamos en la República Checa! Se hizo cargo del equipaje y lo metió en maletero, casi como en Barajas y en El Prat. No dijo ni una palabra porque no sabía español y yo tampoco checo, pero me dejó enfrente justo de mi destino. 20 euros.
Viaje de vuelta al aeropuerto de Praga casi una semana después, contratado por el mismo método. Un taxista veterano en años. Traje y corbata. Coche inmaculado, una furgoneta Mercedes. Equipaje en el maletero por su cuenta. 20 euros.
Esa es mi experiencia. Y no digo más, aunque se podría profundizar en el bochornoso negocio de las licencias, en donde funciona una mafia por todo el mundo conocida, para luego contratar por dos perronas a gente que es la que tiene que currar horas y noches enteras en el taxi en unas condiciones salariales infames.
A este sector habría que recordarle que la UE prohíbe los monopolios y que las reconversiones llegaron, y las pedecimos, absolutamente en todos los sectores. No quedó otra que reciclarse y ponerse al día. Y recordarle también a este sector que, por cierto, este Gobierno acaba de llegar. Mariano Rajoy estuvo siete años como presidente y el sector del taxi no se tiró al monte como ahora. Lo que siempre es de agradecer, claro. Pero bueno, sólo por recordarlo.
Avilés, 31 de julio de 2018