¿VUELCO ELECTORAL?
Según el barómetro del CIS, el PSOE aumentaría claramente su representación parlamentaria en el ámbito estatal, incremento de votos que se produciría también en Asturias donde obtendría tres escaños en lugar de los dos que alcanzó en los últimos comicios. Lo que parece estar fuera de toda duda, al margen de la relativa fiabilidad de las encuestas, al margen también de las reservas que cabe plantear ante los métodos del señor Tezanos, es que Pedro Sánchez, otrora defenestrado por los dirigentes de su propio partido, otrora candidato socialista que, en cada convocatoria, perdía escaños, está en su mejor momento político.
El haberse convertido en presidente, tras la moción de censura, lo resucita políticamente, pues antes de mayo parecía estar condenado al ostracismo. Bien es cierto que, para ser el líder del partido más votado, también están colaborando otras formaciones políticas que, por unos y otros motivos, parecen, como en el empalagoso bolero, haber perdido el rumbo.
De todos modos, el alto porcentaje del electorado que, según el referido barómetro, aún no tiene decidido su voto es un dato que invita a no descartar sorpresas, sorpresas que, a mi juicio, no derivarán en desbancar al PSOE de Sánchez a la hora de ser el partido más votado, pero los porcentajes podrían, según esto, tener sus variaciones.
Otra novedad muy importante, según el susodicho barómetro, es que, en esa España interior, cada vez más despoblada, el PSOE podría desbancar al PP. Es obvio que la derecha está más fragmentada que nunca y, en este sentido, tengo para mí que el señor Casado se equivoca al radicalizar así su discurso y acercarse a Vox, en lugar de apuntarse, aunque solo fuese en el plano teórico, a lo que se viene conociendo como el centro reformista.
Tampoco hay que soslayar, y creo que en esto se repara poco, que, con la nueva dirección en el PP, que cambia muchas candidaturas y que relega a la mayoría de los fieles a Rajoy, el electorado percibe más que nunca que hay una fuerte crisis interna en la formación conservadora, y esto es algo que puede tener muy probablemente repercusiones a la baja en la busca y captura de votos. No hay más que ver lo que está sucediendo en este partido en los ámbitos municipal y autonómico, aquí en Asturias.
Y, por otra, parte, ¿qué decir del anunciado declive electoral de Podemos? Parece muy claro que las disensiones internas pasarán factura, las disensiones internas y la forma endogámica y personalista de dirigir el partido, algo que afectará también al voto en el conjunto del Estado. ¿Y qué decir, asimismo, de Ciudadanos? Tengo para mí que, de la misma forma que el PP parece pretender arañar votos a Vox escorándose a la derecha, la formación que dirige el señor Rivera, en su discurso, intenta competir más con el PP que con el PSOE.
¿Vuelvo electoral? Sí, todo parece indicar que es muy probable que lo haya. Pero parece otearse en el horizonte una especie de juego de birlibirloque. Me explico: no hay que descartar en modo alguno que salga de las urnas un reparto que haga de España, como sucedió en 2015, un país ingobernable que haga imposible sacar adelante una candidatura que concite los apoyos de la mayoría de la Cámara.
Pero quién sabe, igual se aprendió de aquello.