Una de las recolecciones más importantes de la seronda en nuestras tierras era el maíz. Este cultivo, llegado de América en el siglo XVII, pronto ocupó un lugar privilegiado en la casería asturiana por el rendimiento que de él se obtenía. Del maíz se sacaba alimento para humanos y animales, material para el mullido de las cuadras, la fabricación de xergones o como combustible. Nada se desperdiciaba.¡Eso sí que era reciclar!
El maíz sembrado en mayo llega a su punto óptimo para la recolección a últimos de septiembre o primeros de octubre “cuando las barbas de la panoya se ponen negras”. El proceso, como todos en nuestras culturas campesinas, era complejo,según me explican magníficamente mis informantes, Higinio Arnaldo Rubio y Manuel Arnaldo Valdés. Se trataba siempre de obtener el mayor rendimiento y aprovechar todo el producto. Una quincena antes de segarlo se “espuntaba”. Esto consistía en cortar la parte superior de la planta para dar como alimento a las vacas y conseguir así que la panoya, al quedar descubierta, madure mejor. Después se segaba a “foucín” y se agrupaba en haces cónicas llamadas capel.lones. Pasados unos días se recogían las panoyas y se transportaban a la casa cargándolas en el carro sueltas hasta la altura de los “l.ladrales”. Se vaciaban en la vivienda, normalmente en alguna sala y allí estaban hasta el esfoyón, uno de los acontecimientos festivos del otoño que, por su importancia, bien merece un capítulo aparte.
Pero del maíz no solo se aprovechaba la panoya. A la planta desprovista del fruto se la denomina narvaso. Estas plantas de narvaso se agrupaban en capiel.las que, a su vez, se apiñaban para formar una especie de balagar, la ruda. Para construirlo se plantaba en el medio un palo de humeiro (aliso), a ser posible que tuviese pequeñas ramas para enganchar mejor y se iban colocando las capiel.las todo alrededor. Estas se ataban con baldiéganos-planta trepadora que crece en algunos árboles-. El narvaso seco se usaba para alimentar las vacas y también para mullir la cuadra. Se iban sacando por abajo capiel.las a medida que se necesitaban para que las de arriba continuaran impermeabilizando la ruda. Finalmente, para un completo aprovechamiento, se metían las vacas a pastar los restos, la “meruxa”; de esta forma no se desperdiciaba nada. Hasta que, hacia noviembre, en esa misma finca donde se había cosechado el maíz, se sembraba trigo para evitar, mediante la rotación de cultivos, el agotamiento de la tierra.
Todo un ejemplo de manejo eficaz del medio.¡Qué ecologistas éramos cuando no sabíamos nada de ecología!