Y por último presentación y página eeeeehh tres de la tercera y poco autobiográfica historia, a pesar de tratarse de las peripecias de un dibujante moderadamente atractivo. Pero las coincidencias con mi vida acaban ahí más allá de las meramente logísticas informáticamente hablando, se lo aseguro. Y bueno, es posible, sólo posible, que mi pelea con el ser metódicamente ordenado que estoy seguro guardo en mi interior vaya camino de ser leyenda, y que por el momento y para largo la batalla se incline hacia el ser decididamente descuidado que estoy seguro aflora en mi exterior. Pero poco más. Y bueno, es probable, sólo probable, que yo también calce un 42 de los de ahora, un 41 de los de antes, pero eso, claro, sólo interesa a los fetichistas.