Ser periodista de investigación no es fácil, por muchas plumas que le abriguen a uno. Buscarle el filo a la verdad entre la oportunidad y el oportunismo tiene su aquel, por no mencionar el riesgo inherente a husmear en corral ajeno, que las plumas no son de acero, oiga. La gente puede pensar que ser un un petirrojo te abre muchas puertas pero no crean, no más que a cualquier pájaro de la familia Turdidae. No se pueden imaginar la cantidad de aves que pululan por el sector periodístico, más de 180 variedades de palomas, todas enfrentadas entre sí, colibrís espíricos y sus huelgas de trabajo continuo, pelícanos con cámara incorporada en el pico que no paran de presumir de película, hasta un buitre leonado juraría que vi, tras unas finísimas gafas oblongas, en una pequeña rotativa al otro lado del Ganges.
No es fácil, no. Pero tampoco aburrido. Se conoce gente, ingente cantidades de palomas, monos musicales, becarios emos, topos rayados, gatos con mala uva. Y se aprende cantidad de cosas útiles, ¿sabían uds que el Faro de Alejandría fue construido sobre cimientos de vidrio? Es muy interesante. Que llegara a ese dato investigando sobre las posibles implicaciones de una película de Alex de la Iglesia en un elaborado plan de desfalco es irrelevante. Ya dicen que lo importante es el camino.
Si les ha picado la curiosidad algo de lo aquí narrado o visto pueden seguir el devenir del inefable Raitán en su sitio web:
Atención especial para las tiras cómicas, con guión de Olalla Hernández. Todas las semanas en su kioskos, reales y virtuales.
No dejen de visitarlo y, aunque falte el cartel, cuidado con el gato.