Ojodepez es además un reencuentro para mí con el mundo del cómic y su submundo, o sus inicios, una manera de pasarlo bien y seguir aprendiendo siempre. Es un esfuerzo encomiable y un logro de más de cincuenta y cuatro números y más de dos años, y lo que te rondaré morena. Es el cobijo ocasional de uno de mis personajes favoritos, Xixo, el central de toda esa peña de mini-personajes que se esconden, junto a otros muchos, bajo su oronda sombra.
Ojodepez, así, todo junto, es un caldo de cultivo de dibujantes estupendos y gente estupenda a la que frecuento poco hace demasiado y a la que hace mucho también le debía un rincón en el desván.
Es sobretodo y será un gran placer. Gracias tíos.