Refranero hay para todo y para todos, es imposible equivocarse cuando se apunta a Helsinki y Valdemoro al mismo tiempo. O imposible acertar, que viene a ser lo mismo, sino todo lo contrario. En el refranero, pues, se puede escoger a gusto del consumidor. Para la ocasión que se nos presenta bien valdría “bicho malo nunca muere”, aunque haya otros de parecida calaña (“sólo se van los mejores”, “un loco hace un ciento”, “más vale la salsa que los caracoles” o uno de mis preferidos, “una aceituna es oro; dos como si fueran plata; pero la tercera mata”. Ahí lo dejo. Reflexionen).
El bicho en cuestión no es tan malo como lo pintan, o como lo pintamos, aunque alguno lo pintemos más ñoño de lo que es; ya saben, la cabra tira al monte. El fanzine Ojodepez vuelve a la luz, retoma su desigual vida errante. Y con él despega el ñoño, subido a la excusa de una periodicidad latente sin la cual, se ha demostrado, apenas puede existir. Para bien o para mal.
Espero que sea para largo. Y que toda esta ingente cantidad de gente que no está lo pueda ver. Hasta soy capaz de pintar el desván a franjas por ello, o con alguna clase de motivo crepuscular conmemorativo. Aún estoy dudando… Y es que ya se sabe, “quien mucha miel tiene, en sus berzas echa de ella”.
Cuanta verdad ahí metida.