James Petrillo tenía la mosca detrás de la oreja desde que empezó a tocar la trompeta para una gran compañía. Sabía que él y todos sus colegas estaban ganando menos dinero del que deberían —querían más derechos por las grabaciones—, conque organizaron una huelga que nadie, a priori, creyó que fuesen a tener el valor […]
Letras, compases y buenos alimentos para una mirada puntual y distinta sobre lo que ocurre en Asturias, en España y en el mundo. Colaboro con El Comercio desde 2008 con artículos, reportajes y crónicas.