Hace sesenta años, los mineros cangueses salían de sus casas en plena noche para llegar andando al tajo, donde les esperaban jornadas extenuantes, seguridad nula y sueldos míseros. Quedan muy pocos que recuerden aquello. Gracias a la lucha y al sacrificio de muchos, cuando la mayoría de los ahora jubilados entró en la mina, las […]