Me he quedado perplejo. Y eso que, en estos tiempos, pocas cosas sorprenden; ni la cantidad corruptos que aparecen cada día, ni su relevancia. Ni siquiera que una persona que ya es muy rica, como el Sr. Rato, se meta en berenjenales para acumular un poco más. Todo esto es el pan de cada día y apenas llama la atención. Lo que me ha dejado atónito es la integración del Sr. Prendes en la candidatura de Ciudadanos por Asturias. Y no es que me extrañe que él quiera cambiar de aires. ¿Quién mejor para saber que el barco de UPyD en nuestra región hace aguas por todas partes que el que le hizo la mayor parte de los agujeros? Un partido que se presentó a las pasadas elecciones como abanderado del cambio y luego impidió que éste se produjera, suscribiendo el pacto del “duerno” que expulsó a Foro del Gobierno. Un diputado que actuó como fiel cachicán del Sr. Fernández durante toda la legislatura, que convirtió la comisión que debería haber investigado el uso de los fondos mineros en un circo, que estuvo debidamente “asesorado” por media docena de colegas y familiares sobre, supongo, el arte de vivir bien sin que se note que no haces nada.
No, no me extraña que el Sr. Prendes quiera buscarse otro acomodo. Lo que me asombra es que un partido como Ciudadanos, al que suponía cierta sensatez y conocimiento del entorno político, haya permitido que le cuelen un gol de este calibre. Alguien les ha aconsejado muy mal en esta extraña alianza donde nada tienen que ganar y mucho que perder. Hay gente que, sólo con salir a tu lado en una foto, te resta apoyos, no hablemos ya de llevarlos en tu candidatura. Los simpatizantes de Ciudadanos temerán que sus votos puedan acabar sirviendo para que el PP o el PSOE sigan gobernando y, para eso, vale más votarles directamente y ahorrarse subcontratas.