Una de esas tardes ociosas de final de verano en las que los pies se vuelven inquietos y te impulsan a pisar el monte (si eres deportista) o el acelerador (si no lo eres), salí con el coche desde Celón en dirección a San Martín y Prada, para retornar por Cereceda y Tamuño a Riovena. […]