Llueve después de tanto tiempo. Nada es eterno, ni las sequías ni los veranos. Las persistentes gotas van haciendo desparecer el polvo del paisaje, las terrazas de las calles, los niños de los pozos del río, los veraneantes de los pueblos. Las plazas, los “peneos” y las “caleyas”, ahora vacíos, se preparan para su larga espera invernal, añorando el eco de las risas y el rumor de las conversaciones. En el aire flotan aún las últimas despedidas, algunos “¡Hasta la Navidad!”, algunos “¡Hasta el año que viene!”. El paréntesis veraniego se cierra con un sonido melancólico.
Nada como estas primeras lluvias septembrinas para devolvernos a la realidad, a la triste realidad del abandono que nuestro rinconcito del mundo padece. En pocos días el número de residentes en nuestros pueblos se ha reducido a la mitad y su edad media ha subido al doble. Tras décadas de grandes planes, proyectos faraónicos y declaraciones rimbombantes, hemos llegado aquí, al borde de la extinción, viejos dinosaurios contemplando con añoranza un mundo perdido.
No sé qué soluciones propone el Plan del Suroccidente para este desplome demográfico. Promocionar la natalidad no parece viable. A pesar del vigor que nos caracteriza, a partir de los setenta es complicado convencer a la gente para que tenga más hijos. Tampoco será muy factible convencer a los jóvenes que emigraron de que vuelvan. Las razones que los empujaron a irse siguen ahí, sin resolver. Encontrar trabajo aquí sigue siendo una utopía y conseguir que te instalen una línea telefónica normal para tener ASDL sigue siendo un calvario, uno que te cuesta varios miles de euros, por cierto.
Tal vez deberíamos tomar los estatutos de la Fundación Oso Pardo, que tan bien han funcionado, y crear la Fundación Paisano Suroccidental. Los objetivos son prácticamente los mismos y los métodos podrían copiarse con muy pequeñas variaciones. Unos y otros necesitan sustento, un entorno que les permita vivir con cierta comodidad y que no vengan de afuera a tocarles las narices más allá de lo razonable. Ahí queda la propuesta.