Décadas de adoctrinamiento independentista han conseguido tergiversar la visión de la realidad de los catalanes y el resto de los españoles. Hemos llegado a creer que el catalanismo era un bloque unitario. Ha afectado incluso a organismos como Instituciones Penitenciarias. Por eso, cuando tuvieron que buscar un compañero de celda para Jordi Sánchez (uno de los jordis), eligieron al “empresario” asturiano Cachero, que también había intentado independizarse de la justicia española. Estoy seguro de que lo hicieron con toda la buena fe y eso demuestra su desconocimiento del tema. Porque los que pretendían independizarse de los tribunales españoles y crear unos propios más amigables eran los del PDeCAT. Este Jordi es más cercano a Esquerra y esos lo que querían era crear un paraíso del proletariado. No es de extrañar que al pobre Sr. Cachero tantas horas de charla sobre nacionalizaciones e impuestos a los ricos le hayan producido sarpullido. Estoy seguro de que, si le hubieran puesto con el Sr. Mas, se habrían entendido a la perfección.
Y es que, si algo ha demostrado el “proces” es que, aunque les cueste reconocerlo, los catalanes son tan españoles como el que más y años de TV3 apenas les han añadido una fina capa de barniz folclórico. Han intentado orquestar una ópera majestuosa, épica, tipo “El Anillo de los Nibelungos” y lo que les ha salido, como corresponde a su idiosincrasia hispana, es una divertida y absurda zarzuela, tipo “La Verbena de la Paloma”, con Puigdemont haciendo de D. Hilarión. Han querido demostrar al mundo que eran diferentes y, merced a esos plenos que empezaban con una hora de retraso, esos cambios súbitos e inexplicados de dirección y esos aliados conspirando unos contra otros, han hecho una exhibición de todos esos defectos como la impuntualidad, la improvisación y la picaresca de los que tan a menudo nos acusan los extranjeros a los españoles. Esperemos que, a partir de ahora, exhiban también nuestras cualidades positivas (que las tenemos) como la tolerancia, la capacidad de diálogo y el sentido del humor.