Hablaba la semana pasada de la complejidad con que los problemas a los que se enfrenta la humanidad se relacionan unos con otros.  A pesar de todos nuestros indudables avances científicos y tecnológicos, a menudo hemos acabado descubriendo que aquella solución “perfecta” fue solamente el inicio de una serie de problemas mayor. La mente humana, sin embargo, tiene querencia por los esquemas sencillos y las recetas fáciles y, cuando no está sujeta por el freno del conocimiento, se abalanza sobre ellos con avidez. Así triunfa esa tendencia tan actual de centrarse en un solo tema concreto, reduciendo a él nuestro universo mental y abstrayéndonos de todo lo demás. Fruto de ello son los “ismos” con sus seguidores, los “istas”, que pululan por doquier a nuestro alrededor.

Existen innumerables tipos de ellos pues suelen aparecer en pares. Están los nacionalistas (que creen que el resto del mundo es el problema y ellos la solución) y los antinacionalistas (que se limitan a ver qué dicen los anteriores para opinar lo contrario). Podemos encontrar “istas” y “antis” en todos los ámbitos de la vida. Tenemos capitalistas, sevillistas, creacionistas, islamistas, ecologistas, animalistas y una larga lista más que crece día a día. Se reconocen fácilmente porque rápidamente llevan cualquier conversación a su tema; no charlan, imparten doctrina; sus conocimientos sobre el asunto no van más allá de las consignas que les imparten sus líderes en los medios afines (los únicos a los que acceden) y, si osas hacer algún razonamiento crítico al respecto, te atacan con furia como a un hereje peligroso.

La mayoría de ellos son honestamente fanáticos de su causa e inofensivos, siempre que evitemos que se junten en grupos tan grandes que puedan degenerar en hordas. El problema es que, en cuanto aparece un sector de población fácilmente manipulable, surgen alrededor los buscadores de fortuna o de poder y esos son los peligrosos. Fíjense en la cantidad de negocios que hay alrededor de estos “ismos” y la forma en que los políticos los utilizan y entenderán qué quiero decir.