Pocas veces, en estos tiempos convulsos, puede uno encontrar noticias positivas en los medios. Por ello, cuando hace poco EL COMERCIO se hacía eco del recientemente publicado Índice Bloomberg de los Países más Saludables, con España ocupando el primer lugar, me sentí reconfortado. Si en el Índice Mundial de Honestidad de la Clase Política y en el de Capacidad de los Ciudadanos para Defender sus Derechos no estamos muy arriba, al menos sabemos cuidar unos de otros. Esperemos que nuestro pésimo desempeño en estos dos últimos índices no acabe perjudicando el primero.
Porque, al lado de esta buena noticia, no cesan de aparecer otras sobre los peligros a los que se enfrenta nuestra Sanidad Pública, atacada desde arriba por los que deberían gestionarla y, desde abajo, por los que deberían defenderla con uñas y dientes. Obviamente, no me sorprende que la codicia de deshonestos ponga en riesgo el bienestar de la sociedad. Con nuestro historial de privatizaciones mafiosas y de conquistas sociales vendidas al mejor postor no podemos esperar otra cosa. Pero que sus principales beneficiarios, que disfrutan de unos servicios envidiados de países supuestamente más avanzados, se dediquen a denigrarla me deja estupefacto. Es difícil entender esa tendencia humana de lamer la mano que nos roba y morder la que nos protege.
No niego que haya fallos y carencias, pero la crítica generalizada e injusta y las pretensiones desproporcionadas no ayudan a solucionarlos. Está bien defender nuestros derechos, pero, en ocasiones, somos bastante peculiares a la hora de hacerlo. Si fuésemos tan cuidadosos cuando elegimos Presidente o Alcalde como los somos para elegir a nuestro médico de cabecera y les exigiéramos a ellos tanto como a él, otro gallo nos cantaría. El problema de la Sanidad Pública no son los profesionales, que hacen milagros a pesar de los continuos recortes, ni los pobres inmigrantes, a los que ahora pretenden culpar de todo. El problema son los que pretender privatizarla y repartírsela como botín y los que se dejan comprar o manipular para ayudarles. ¡Defendamos nuestra salud!