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Alberto del Río Legazpi

Los episodios avilesinos

Luis Bayón, el primer pintor contemporáneo de Avilés

Al famoso Ernest Gombrich, historiador de arte inglés, le tengo leído, que ‘el arte no existe, solo existen los artistas’. Cita que hoy saco del baúl, de los apuntes, para tratar de armar este boceto biográfico de un artista avilesino, al que me parece que le viene al pelo. O mejor dicho: al que la cita le queda clavada.

En un principio su nombre oficial y con el que circuló por el mundo fue el de Luís González Iglesias. Nació en Avilés en 1894, año de otros curiosos nacimientos ciudadanos: el del café más popular que hubo en Avilés: El ‘Colón’ y enfrente suyo, en el recién plantado parque del Muelle, surgió aquel año también, el elegante templete musical que ahí sigue. De igual forma, que en la parte alta de la Villa –que en vida tanto quiso y pintó Luís González Iglesias– nacía una nueva capilla, la más popular de la Villa: la de ‘Jesusín’ de Galiana. Y, por terminar con los alumbramientos, también fue el año en el que Avilés lució la primera iluminación eléctrica pública de Asturias.

'Porches de Rivero' 1931

Avilés brillaba, al menos por las noches, más que nadie en toda la región.

Miembro de una familia numerosa, Luís hacía el número once entre sus hermanos. Su infancia y estudios, transcurrieron en Avilés, donde después de la larga espera, que se adueña del que sabe que sabe, le llegó la oportunidad del estudio académico de Madrid.

Y eso fue después de presentarse a la Exposiciónde Artistas Avilesinos en 1921, en la que obtuvo una pensión para estudiar enla Escuela de Bellas Artes en Madrid, becado por el Ayuntamiento de Avilés y por la Sociedad de Amigos del Arte avilesina. Allí coincidió, anecdóticamente que conste, con Salvador Dalí, y estudió hasta 1926. Ese mismo año, cuando ya firmaba sus cuadros como Luís Bayón, expuso en los Salones de la Sociedad Española de Amigos del Arte, junto con los más destacados artistas asturianos del momento, entre ellos Piñole y Evaristo Valle.

Y a partir de Madrid, la trayectoria artística del joven Bayón le lanzó hacia Europa. Y viajó, en peregrinaje obligado para descubrir el talento de los clásicos: Génova, Milán, Florencia, Venecia y Roma. Luego en París, donde tiene la suerte de alojarse en el limbo artístico de Montparnasse, adentrándose en la bohemia de los años veinte. Quien lo pillara.

Esta estancia dejó una profunda huella en Bayón, ya que el impresionismo que ‘allí vivió’, y sobre todo el trío (artístico) formado por Monet, Pisarro y Cézanne estará, a partir de entonces, presente en toda su producción pictórica.

'El Parche' 1934

Pero incluso en la capital francesa, llegó a pintar temas avilesinos, con imágenes generadas por el recuerdo. A veces las remembranzas son la leche. Porque añorar Galiana, donde vivió, hasta pintarla con esa mezcla de fuerza y ternura con que la que lo hizo, estando en el parisino en Montparnasse… tiene cosa.

Yo conocía de un modo bastante vago su obra. Y eso merced al magnetismo que ejercieron sobre mí, dos de sus cuadros: ‘Amanecer en Galiana’ y ‘Porches de Rivero’, que me habían llegado de un modo y manera que no viene ahora a cuento, pero de los que me enamoré instantáneamente y cuyas reproducciones tuve colgadas, un tiempo, en mi cuarto de trabajo, hasta que se destiñeron sus colores fotocopiados. A esos cuadros, y también a mi amistad con su sobrino, Francisco Iglesias, más conocido por ‘Paco’ Iglesias o, mejor: por el querido y recordado ‘Don Paco’, que algunas cosas me sopló de su admirado tío.

Pero el que me enseñó la categoría artística de Luis Bayón, fue Ramón Rodríguez, cuando puso en marcha, en 1997, su impagable colección ‘Arcos’ –sobre artistas avilesinos que se nos estaban escurriendo de la memoria y que muchos descubrimos entonces– y cuyo primer libro está dedicado, precisamente, a Bayón.

'Amanecer en Galiana' 1931

El amor del artista avilesino por su ciudad y por todo lo asturiano, siempre estuvo presente en su obra, desgraciadamente interrumpida con su muerte, prematura, en Barcelona en el año 1945.

Bayón fue un trascendente aire renovador dentro de la pintura asturiana, entonces orientada hacia el regionalismo puro y duro. Cosa bastante áspera, generalmente y un tanto monótona.

Fue, al libro de Ramón me remito, el primero entre los pintores avilesinos con un cierto aire de modernidad.

Y Bayón es hoy, internacionalmente, en el campo artístico uno de los más destacados pintores asturianos y españoles del siglo XX. Se ganó a pulso, de pincel depurado, tanto su lugar en la historia plástica, como su categórica y brillante condición de autor.

He aquí un artista avilesino con lustre europeo.

Los episodios avilesinos es un blog de La Voz de Avilés

Sobre el autor

Espacio dedicado a aspectos históricos, biográficos, costumbristas y artísticos, fundamentalmente de Avilés y su comarca actual, así como a territorios que, a lo largo de los siglos, le fueron afines. Tampoco se excluyen otras zonas del planeta


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