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Alberto del Río Legazpi

Los episodios avilesinos

Palacio de Valdecarzana, el cofre del tesoro

   La tarde viene –de siempre– cayendo temprano sobre El Sol, que siendo calle estrecha y pequeña por herencia medieval, es ancha por el gusto histórico que le procuran uno de sus edificios, datado de la época de navegaciones a vela, fueros, murallas y góticos.
   Por algo está aquí plantado el palacio de Valdecarzana, pequeño gran prodigio gótico de la Villa de Avilés. Una mansión desarmada de conceptos militares, pero armada de una personalidad estética similar a edificios, hermanos, de Italia y de Francia.
   Valdecarzana da para mucho. Incluso para el misterio.
   Los historiadores difieren sobre el siglo de su construcción. José Jorge Argüello (en su obra ‘Abilles’) es partidario del siglo XII. Raquel Alonso del XIII. Juan Uría Ríu: entre el XIV y el XV. Y Germán Ramallo matiza que el bajo es del XIV y el piso del XV.
   De lo que no hay duda es que es edificio civil más antiguo de Avilés. Y de su hermosa traza, en especial sus ventanas, y la calidad de los materiales empleados en él.
   La versión más compartida es que fue construido como residencia de un rico mercader que utilizaba la planta baja como tienda y almacén de sus productos y la alta como residencia familiar. El hecho se fundamenta en que el edificio no adopta carácter defensivo alguno. En origen fue cuadrado y fue creciendo hacia lo rectangular, de forma que su aspecto actual remite a un cofre que guarda uno de los tesoros históricos mas valiosos de Avilés: El Fuero (siglos XI/XII).
   En el XVII fue adquirido por los Valdecarzana. En el XIX, pasó al que fue alcalde de Avilés, Fernando Ochoa. Y en el XX a la ‘Sociedad de Transportes Marítimo Terrestres’ vincula­da a las casas consignatarias avilesinas. Luego, hasta fue economato…
   La única fachada que se conserva intacta, desde su construcción, es la de La Ferrería. El edificio fue reformado en el siglo XIX, añadiéndosele, externamente, un decorado ficticio que quería pasar por gótico. En 1998 fue sometido a una total renovación para instalar aquí el importante Archivo Histórico avilesino. Esta obra dejó al descubierto, aparte de algún elemento arquitectónico original, una cantidad notable de cerámica medieval troceada, utilizada en aquel tiempo como aislante contra la humedad. Retirada que fue la cerámica, vuelve –hoy– el edificio a mostrar claras señales, externas, de humedad. La historia de siempre. La Historia.
   Valdecarzana es referencia, en Asturias, de casa de alguien, no perteneciente a la nobleza. Y hay quien sostiene que debió haber más edificios, como éste, en el casco histórico de Avilés, dado el gran flujo comercial, y por tanto riqueza que generaba el puerto de Avilés, por donde no entraban solamente mercaderías, sino filosofías e ideas artísticas internacionales. O sea el maravilloso milagro del cosmopolitismo. Una ‘vía de agua’ por donde, posiblemente, entró la arquitectura utilizada en Valdecarzana o en la capilla de Las Alas.
   Otra, es los que mantienen que en la mansión se alojó, en el siglo XIV, el rey de Castilla, Pedro I (apodado, injustamente, por sus enemigos ‘El Cruel’), después de haber reconquistado Avilés, que su hermanastro Enrique de Trastámara (que en asuntos de crueldad, parece que era el ‘entendido’ de la familia) habría tomado por las armas unos meses antes la Villa. Misterio, una vez más.
   En Avilés, hoy, casi nadie lo conoce como casa de Baragaña, pero si fue nombre utilizado en el pasado, ya que se accedía a él –por la calle del Sol– a través de una antojana (en Asturias: baragaña).
   Desaparecido aquel abandono casposo que le procuró el último siglo, hoy es un monumento tan lúcido como lucido. Henry James afirmaba que producir un poco de arte supone un gran tramo de historia. Eso es lo que representa este pequeño palacio de Avilés.
   Tiene una armonía seductora, por sencilla y natural. Y si la arquitectura fuera música congelada, las notas de la gótica mansión serían del arrebatado Antonio Vivaldi.
   El palacio avilesino y el músico veneciano suenan igual durante las cuatro estaciones del año.
   Afinados. Y afamados.
 

(Edición revisada del artículo publicado en el diario ‘La Voz de Avilés’, el 6 de noviembre de 2011)

Los episodios avilesinos es un blog de La Voz de Avilés

Sobre el autor

Espacio dedicado a aspectos históricos, biográficos, costumbristas y artísticos, fundamentalmente de Avilés y su comarca actual, así como a territorios que, a lo largo de los siglos, le fueron afines. Tampoco se excluyen otras zonas del planeta


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