La calle de Los Alas está situada en lugar privilegiado del casco histórico de Avilés pues se inicia en la plaza de España (o ‘El Parche’) y termina en la calle de Los Alfolíes. Algunos ciudadanos, frecuentadores de capillas y templos etílicos, llevaban tiempo atrás ésta señalización a su terreno diciendo «que empieza en la sidrería Alvarín y termina en el restaurante La Parra o en el chigre El Llagarón, según quien».
Hace aún más años, en 1892, el alcalde José Cueto decidió cambiar el nombre de algunas calles y nombró a dos personas «de las más ilustradas de ésta Villa» para que asesoraran al Ayuntamiento sobre las nuevas denominaciones callejeras: al escritor Estanislao Sánchez-Calvo y al abogado y estudioso de la historia local, David Arias García.
Entre los cambios de nombres sugeridos por los asesores y que aprobó el gobierno local, en sesión municipal del 15 de enero de 1892, figura que la Calleja del Moclín pase a denominarse ‘Calle Las Alas’ (y así figura escrito en el Libro de Actas municipal, que es lo que va a misa en estos casos), como homenaje a esta familia de tanto relieve histórico en la comarca avilesina. Pero en las placas, colocadas como es preceptivo, al principio y al final de la vía se cambió el artículo femenino por el masculino y quedó ‘Calle Los Alas’. Aunque últimamente, en una de las chapas, alguien ha querido reparar este error –que ya dura 123 años, algo muy municipal– y ha cambiado el dichoso artículo (poniendo ‘A’ donde había ‘O’) de un modo ‘ostentóreo’, que diría Jesús Gil, aquel excesivo alcalde de Marbella. La otra placa permanece inalterablemente errada a fecha 12 de junio de 2015, cuando se escribe este episodio.
Fue una calleja que discurría, paralela a la calle de La Ferrería, entre la parte trasera de ésta y la muralla, por una zona de huertos y hórreos. Al unir el Alcázar, edificio defensivo situado en la puerta de la muralla de La Ferrería, con la puerta del Puente (comunicación con Gozón) fue conocida, por algunos, como Tránsito del Alcazar. Y más tarde como El Moclín.
Hay opiniones sobre el porqué de éste último nombre. Una lo achaca a que en dicha calleja vivía el padre de Pedro Menéndez de Avilés, un militar que sirvió como oficial de alto rango a las órdenes de los Reyes Católicos, distinguiéndose en la toma de la fortaleza granadina de Moclín, clave para la posterior toma de Granada en 1492. Y esa casa, donde nacieron varios de sus ocho hijos (pero no el Adelantado nacido en otra vivienda que sus padres tuvieron posteriormente en la calle La Ferrería), pasó a ser conocida como la del Moclín. Y tal nombre le quedó a la calleja.
Otra teoría dice tal que: «la de los Alas se llamó del Moclín, porque allí, un forastero de este nombre o apodo, se dedicó al cultivo del cebollín». En fin…
La calle elude la línea recta y en sus inicios es lo más estrecho que se puede encontrar en Avilés en cuestión de vías urbanas, pues no llega a los tres metros de ancho. Es calle muy original y además encierra algún tesoro desconocido como un lienzo de unos veinte metros de la muralla medieval, que está ‘camuflada’ en el patio de un inmueble propiedad de la Autoridad Portuaria, situado en el lado derecho de la calle ya cerca de su final.
Patio de la calle donde queda un buen lienzo de muralla (Foto cedida,en 1998, por Celestino González 'Tino').