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Alberto del Río Legazpi

Los episodios avilesinos

Un ministro y una cárcel de Avilés

(A Servando Ruiz Gómez, que fue ministro de dos Gobiernos de España, se le dedicó una calle donde estaba ubicada la cárcel de Avilés).
         Así como en el Gobierno de España, naturales o vecinos de Avilés hubo tres ministros de Hacienda  -entre el último tercio del  siglo XIX y el primero del siglo XX- también hay que decir que cárcel del partido (judicial), por aquel tiempo y en la villa, solo hubo una.
          Por haber, ministros avilesinos hubo más, pero el que tres de ellos (Servando Ruiz–Gómez, Julián García Sanmiguel o marqués de Teverga y José Manuel Pedregal) lo hayan sido de Hacienda es cosa que llama la atención, teniendo en cuenta, además que la población de Avilés era modesta en número.

La calle Ruiz Gómez en 1900.

          Pero Servando Ruiz–Gómez González–Llanos tiene doble mérito, no por doble apellido claro, sino porque dos fueron los ministerios que dirigió: Hacienda y Estado.
         Nació en Avilés, el 23 de octubre de 1821 y de niño emigró (junto con su familia, se entiende) al Caribe (Jamaica y Cuba), temeroso su padre de represalias por parte de aquel engendro real, en todos los sentidos, conocido como Fernando VII por haber participado (el padre del niño Servando) en el levantamiento del general Riego contra dicho monarca, que se negaba a jurar una Constitución que modernizaba España.
         Ruiz Gómez estudió en diversos países de Europa y en 1842 regresó a España afiliándose al Partido Progresista. Fijó su residencia en Oviedo (también viviría en Gijón y La Coruña), pero en Oviedo fue alcalde tras participar en la junta revolucionaria de 1854 y luego elegido diputado (más tarde lo sería también por Avilés y otras demarcaciones), pero circunstancias diversas le obligan a retirarse de la política, cosa que aprovecha para fundar dos semanarios: El Eco de Gijón y La Crónica.
         Con la revolución de 1868 fue elegido gobernador civil de Asturias. Ingresa, en 1870, en el Partido Radical, llegando a ser ministro de Hacienda, en el gabinete presidido por Ruiz Zorrilla. Más tarde se trasladó a Francia regresando con la Primera República, aunque ya con sus ideas progresistas un tanto apagadas y con las luces largas conservadoras encendidas. Monárquico y liberal, en tiempos de Alfonso XII, fue elegido miembro del Consejo de Estado y senador vitalicio. En 1883, en el gobierno del asturiano Posada Herrera, fue ministro de Estado de 1883 a 1884.
           El 19 de agosto de 1888 falleció en un hotel de Vigo, donde vivía solo, sin haber podido superar el trauma del fallecimiento de su esposa y de su hija.
          A este destacado personaje de la vida española, su ciudad natal le debía un homenaje que concretó dándole nombre a una calle. Pero no tuvo suerte y me explico.
          La que hoy lleva el nombre oficial de Ruiz Gómez (o sea ‘de la cárcel’) fue un camino que discurría a las afueras de la muralla y llevaba a la fuente de Corugedo, ubicada por estos lares. Cuando la cerca medieval fue derribada (entre 1818 y 1821) fue conocida como calle de la Cuesta de Corugedo. Más tarde al ser urbanizada y levantarse en ella la nueva cárcel (1845) de cajón le vino el nombre: Calle de la Cárcel. Pero en 1896 el Ayuntamiento, presidido por Cesáreo de Silva Inclán, la renombró como de Ruiz Gómez, aunque el personal siguió conociéndola con la denominación penitenciaria. Y en esas seguimos.
         La calle ‘de la cárcel’ (o sea de Ruiz Gómez) era antes la comunicación, en línea recta, desde el mismísimo centro de Avilés (plaza de España o El Parche) hacia el cabo Peñas, Luanco y el este de Asturias. Terminaba donde empezaba el puente metálico de San Sebastián, construido en 1893, pero que a partir de 1950 –con la llegada de ENSIDESA, y compañía– perdió su protagonismo a costa del nuevo puente Azud, al que algunos siguen llamando puente Azul.
          La calle de Ruiz Gómez (o sea ‘de la cárcel’), empinada como pocas de Avilés, tiene actualmente una ‘boca’ enorme, por donde entran y salen coches que utilizan el parking subterráneo que hay bajo la plaza de España.
         Por la acera derecha, finaliza en dos hélices que pertenecieron a un trasatlántico y que mostradas en paralelo vienen a componer una pieza escultórica de mucho peso (2.670 kilos cada una) donadas por la ciudad francesa de Saint Nazaire, famosa por sus astilleros, y hermanada con Avilés desde 2003.

La calle en 2015. A la derecha, la Oficina de Turismo (antigua cárcel).

         Por el lado izquierdo, la calle ‘de la cárcel’ (o sea de Ruiz Gómez) desemboca en la de El Muelle que discurre paralela a la Ría. En este margen, antes abundante en pequeñas cafeterías, subsiste (gracias a Dios) una de las más tradicionales casas de comidas de Avilés: ‘La Eritaña’.
         Pero quien llama la atención es la Oficina de Turismo, antigua cárcel del partido judicial de Avilés, por su destacada arquitectura merecedora de formar parte del Conjunto Histórico-Artístico de Avilés. Este edificio, un episodio aparte, es la madre del cordero del ‘conflicto’, en cuanto a denominación popular, que tiene planteada la calle de Ruiz Gómez (o sea, la ‘de la cárcel’).
         Próximo al final de la rúa destaca el edificio nº 23, el que hace esquina con la calle Jovellanos, diseñado por Manuel del Busto, quien cuenta con importante obra en Avilés entre la que destaca el Teatro Palacio Valdés. El arquitecto cubano trazó la casa con dos alturas, las que tiene hoy fueron añadidas ulteriormente por la propiedad.
          Hoy la calle ‘de la cárcel’ (o sea de Ruiz Gómez) ha ganado en categoría social, pues enlaza en línea recta el centro de la ciudad con el Centro Niemeyer, y en línea quebrada con el Teatro Palacio Valdés.
          Ya tengo escrito que el destacado ciudadano Servando Ruiz Gómez difícil tiene el protagonismo popular (que no el oficial) en el callejero de su villa, donde muchos de sus conciudadanos –excluido el sufrido gremio de carteros del servicio de Correos– cuando los visitantes les inquieren por la dirección de la Oficina de Turismo, tienen que pisar a fondo el frenillo, de la lengua, para no mandarlos a la cárcel.

Los episodios avilesinos es un blog de La Voz de Avilés

Sobre el autor

Espacio dedicado a aspectos históricos, biográficos, costumbristas y artísticos, fundamentalmente de Avilés y su comarca actual, así como a territorios que, a lo largo de los siglos, le fueron afines. Tampoco se excluyen otras zonas del planeta


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