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Alberto del Río Legazpi

Los episodios avilesinos

Galé & Galé navegando por el mundo

La profesión de Jesús Teodoro y su hijo Juan les llevó a viajar por los mares Mediterráneo, Rojo y de la China; así como por los Océanos Atlántico, Pacífico e Índico.

          En 1914 y por el centro de París se podía ver, en las tardes soleadas, a Jesús Teodoro Galé paseando con su perro por el centro de la ciudad. Componían una estampa causante del asombro, cuando no de las risas, de muchos viandantes por la discordancia que ofrecía la muy notable envergadura de aquel hombre comparada con la del extraño y diminuto perro. Nunca se había visto can igual, Galé lo había traído de China, lo llamaba Tien-Sin y dicen que fue el primer perro pekinés auténtico que ‘conquistó’ París.

Portada de la expo del Museu del Pueblu d'Asturies de Gijón. Todas las fotos aquí publicadas son de gentileza del Museu.

         Jesús Teodoro Galé Pérez había nacido en Avilés el 15 de abril de 1877 y era hijo del aragonés (natural de Siresa. Huesca) Manuel Galé Gán que se había establecido en la ciudad asturiana, casado con Amelia Pérez Miranda y abierto (1876) en la calle de La Cámara una confitería que pronto se haría famosa en toda la región por la calidad de sus pasteles.

         Jesús Teodoro fue el primogénito de los 13 hijos que tuvo el matrimonio. Su padre lo mandó a estudiar a Alemania, a un colegio cuya dirección constaba en un cartel colgado del cuello del joven no fuese que se extraviara por alguna estación.

         Pero no había nada que temer, era más listo que el hambre. Su progreso fue meteórico, cumplidos los 23 años ya había estado en Inglaterra y Estados Unidos, todo un prólogo de sus grandes viajes intercontinentales. Recuerde el lector que en aquella época el personal utilizaba, para sus traslados, el tren y el barco. Se viajaba con la maleta y la aventura.

         Al comenzar el siglo XX Jesús Teodoro se establece en París como comerciante internacional. Representaba los intereses de dos grandes firmas francesas: la farmacéutica Grimault & CO y la cosmética Rigaud. Se casó con Reneé Moureau, hija de un diplomático francés, con la que tuvo un hijo: Juan Galé Moureau, al que llamaban ‘Xan’ y que seguiría, profesionalmente, el camino del padre.

         El trabajo principal de los Galé era principalmente la representación internacional de las firmas mencionadas viajando a sitios tan lejanos y desconocidos, para los europeos, como los países africanos y fundamentalmente casi todos los del continente asiático, especialmente India, China, Indochina (Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam), Filipinas, Singapur, Indonesia (isla de Java) y Japón.

Jesús Teodoro y Juan, en Bombay (India)

          Sobrepasó la veintena el número de viajes, no exentos de riesgo físico, que hicieron y duraban meses e incluso uno llegó al año. A la vuelta traían pinturas, grabados, telas, cerámicas, filatelia… Llegando a ser pioneros importantes en los nacientes circuitos mercantiles de productos asiáticos, especialmente de los japoneses, entonces de moda (‘el japonismo’) en Europa a raíz de las Exposiciones Universales.

          Vendían los productos orientales a terceros y también en sus tiendas de Avilés, Tenerife y San Sebastián. Jesús Teodoro murió en Marsella, puerto donde solía iniciar sus viajes, en 1927.

          Su hijo Juan, ‘Xan’, (Paris, 1900–Luanco 1975), vino a casarse a Avilés con su prima Isabel Carreño Galé, natural de Santiago de Ambiedes donde su padre Alberto Carreño ejercía como médico en los pueblos de la zona del Cabo Peñas. Juan e Isabel no tuvieron descendencia y tiempo después de la muerte del patriarca, en Marsella, se trasladaron a vivir a Avilés y posteriormente a Luanco.

           ‘Xan’ había incorporado a las expediciones mercantiles de su padre una novedosa cámara de fotos portátil Kodak con trípode, instrumento fabuloso que serviría para que los Galé trajeran atrapadas en sus maletas imágenes de pueblos, ciudades y costumbres asiáticas, en especial japonesas.

         Yo empecé a conocer algo de la vida y obra de Jesús Teodoro gracias Ramón Vega Piniella, que un día apareció por el Archivo Histórico de Avilés a la busca y captura de datos del Galé protagonista de la tesis doctoral que estaba preparando. Automáticamente me sentí hechizado por lo que me contó sobre este desconocido peregrino mercantil por los océanos, un Marco Polo asturiano, chocante además por cuanto en Avilés el apellido Galé estaba ligado generalmente al mundo confitado.

Ruta de uno de los viajes.

         Luego, con el tiempo, fui testigo del progreso en la difusión de la obra de padre e hijo, en una exposición celebrada en 2014 en el Museu del Pueblu d’Asturies en Gijón, realizada principalmente gracias a los conocimientos que Ramón Vega, Yayoi Kawamura e Ignacio Pando tenían sobre dichos personajes. Estaba centrada tanto en las fotografías hechas por los marchantes en sus viajes como en las que adquirieron en las exóticas tierras asiáticas y que hoy es un tesoro de ‘imágenes con un interés histórico, antropológico y social sin parangón’ dicen los expertos.

         Galé & Galé exploradores de corbata, pajarita y salacot, no permanecieron sentados a la sombra de la vida. De eso nada. Salieron al sol, zarparon y se pusieron el mundo por montera. 

Los episodios avilesinos es un blog de La Voz de Avilés

Sobre el autor

Espacio dedicado a aspectos históricos, biográficos, costumbristas y artísticos, fundamentalmente de Avilés y su comarca actual, así como a territorios que, a lo largo de los siglos, le fueron afines. Tampoco se excluyen otras zonas del planeta


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