(El 15 de enero de 1479, hace hoy 538 años, los Reyes Católicos concedieron a Avilés el privilegio de un mercado semanal libre de impuestos).
Por la presente transcribo –con algunos retoques gramaticales para mayor comprensión– parte del texto del documento dado en la Edad Media por los Reyes Católicos (Isabel de Castilla y Fernando de Aragón).
«Don Fernando e Doña Isabel por la graçia de Dios Rey y Reyna de Castilla, de León, de Toledo, de Siçilia, de Portugal, de Galizia, de Sevilla, de Córdova, de Murcia, de Jahén, de los Algarves, de Algezira, de Gibraltar, Prínçipes de Aragón y señores de Vizcaya e de Molina.
Por quanto nos avuemos sído informados (…) cómo la villa de Avilés que es en el nuestro Prinçipado e Quatro Sacadas de Asturias de Oviedo se quemó e está quemada, o la mayor parte della, de guisa que en ella non quedó nin queda poblaçión ninguna (…)».
Y es que Avilés había sufrido un incendio que se calcula destruyó dos tercios de la villa, unas cincuenta casas y que algunos historiadores mantienen que fue intencionado. Por aquel entonces un incendio podía hacer arder las poblaciones como la yesca dado que muchas casas estaban construidas con madera mezclada en ocasiones con barro y los tejados se hacían con ramas vegetales sobre maderos. Se salvaron solo las pocas casas construidas con piedra, entre ellas palacios e iglesias.
Los Reyes Católicos acuden en ayuda de Avilés concediéndole un mercado libre del impuesto real (llamado alcabala) como medida que animase a que la gente acudiera nuevamente a poblar la villa marinera.
«(…)en adelante en cada un año para siempre jamás aya en la dicha villa un mercado franco de alcavala de todas las mercaderías e ganados e bestias e otras cosas que en qualquier manera se compraren e vendieren e trocaren e cambiaren, e traxieren a vender e vendieren qualesquier personas de qualquier ley o estado o condiçión, preheminençia o dignidad que sean o ser puedan, así vezinos e moradores de la dicha villa de Avilés y su conçejo, como de otras cualesquier partes de nuestros Reynos y señoríos que al dicho mercado vinieren(…)».
De la importancia de Avilés da cuenta el hecho de que mandaron pregonar la iniciativa mercantil por todas las ciudades, villas y lugares del Reino.
Y fijan los lunes como fecha de celebración « (…) El qual dicho mercado se faga y pueda fazer en la dicha villa, e en sus arrabales, e en las dos plaças y mercados, de la dicha villa e sus arrabales que son la plaça del Cay y de la Çima de villa, el día de lunes de cada semana, desde el sol salido fasta ser puesto (…)».
La plaza del Cay era zona portuaria y que además separaba la villa amurallada del pueblo de Sabugo; y la Çima de villa (Cimadevilla) el lugar formado por la conjunción de las, hoy, calle de La Fruta y plaza de España entonces lugar despoblado, idóneo para mercadear.
Luego, con el tiempo, el mercado de los lunes se fue extendiendo por el centro de la villa, excepto el del ganado que se hacía en El Carbayedo. En el último tercio del siglo XIX se fijó el mercado de productos de la huerta y alimentos en la recién construida Plaza Nueva (así se llamó en origen), hoy conocida como Hermanos Orbón y siempre como Plaza del Mercado.
Considerando que Avilés había sufrido el incendio en noviembre de 1478, los reyes actuaron con extrema diligencia para aquellos tiempos de noticias llevadas y traídas a galope de caballos. Dos meses fue el tiempo transcurrido entre la tragedia y el remedio para la misma lo que es una prueba de la importancia de Avilés –entonces segunda población de Asturias– y su puerto, entonces uno de los más importantes del norte peninsular.
En el documento se fijan normas y procedimientos de un mercado semanal, libre de impuestos, que buscaba el renacimiento de Avilés y que lo consiguió aunque se calcula que tardó un siglo en hacerlo.
Son 1471 (mil cuatrocientas setenta y una) las palabras, encajadas en nueve párrafos, que tiene el mandato real. El antepenúltimo párrafo especifica que fue «Dado en la puebla de Guadalupe a quinze días de Henero, año del Nascimiento del Nuestro Señor Ihesu Christo de mill y quatroçientos y setenta y nueve años». lo que sirve para poner punto final al presente episodio, publicado el quince de enero del año dos mil diecisiete en la ciudad de Avilés, donde los lunes se sigue celebrando, siguiendo el mandato real de «en cada un año para siempre jamás», el mercado semanal más concurrido de Asturias.