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Alberto del Río Legazpi

Los episodios avilesinos

Carretera de Avilés, un camionero cantaba

             Asturias siempre ha sido, en gran parte por lo accidentado de su geografía, un desastre en cuanto a infraestructuras por tierra, mar y aire. Un ejemplo muy cercano está en las carreteras y calles con altos niveles de tráfico.

Recuerdo que de niño, tan defectuosas las veíamos que -cuando jugábamos en la calle Llano-Ponte– llegamos un día a deformar la letra de la famosa canción tradicional ‘Carretera de Avilés’ que era (y es) «Carretera de Avilés, un carretero cantaba, al son de los esquilones que su carreta llevaba», por otra que considerábamos más adecuada a la realidad: «Carretera de Avilés, un camionero cantaba, al son de los reventones, que de sus ruedas llegaba». 22-carretera-de-aviles-pagina-lva-a-100

Eran los febriles años cincuenta, de montaje de la factoría de Ensidesa, cuando el aumento de tráfico de transporte pesado por la calle Llano-Ponte (entonces con circulación en dos sentidos) con viejos camiones entrando y saliendo por el carcomido puente metálico de San Sebastián llegó a ser brutal.

Hasta entonces -y visto desde hoy- habían sido llevaderas las carreteras de Avilés, ciudad en la que nació y residió (alternando con temporadas en París) Juan de Llano-Ponte personaje obsesionado con modernizar las pésimas infraestructuras viarias regionales para lo que se valía de la prensa escrita (El Faro de Asturias) publicando documentados estudios bajo el pseudónimo de ‘Juan de las Carreteras’. Su trabajo no cayó en saco roto y consiguió -milagrosamente creen algunos- que se construyera la carretera que une Avilés con Grado, uno de sus desvelos.

Las principales carreteras que parten o llegan a la villa avilesina tienen poca historia y mucha curva. La que comunicaba con Gijón había sido diseñada discurriendo por el valle que hay entre Prendes y Tamón tal y como, había sugerido Gaspar Melchor de Jovellanos en uno de sus viajes a Avilés, en 1794, tal y como recogen sus ‘Diarios’.

La que une la ciudad con Oviedo fue planificada por el ingeniero Severo Robles quien también dirigió su construcción finalizada en 1847, teniendo sus principales escollos en el alto de La Consolación, paso a nivel de Cancienes y alto de La Miranda.foto-1-autopista-y-elcomercio-ef0hibp1

Pero a partir de la instalación de la gran industria (década de los cincuenta) ir a Gijón (cerca de una hora) se convirtió en un suplicio por la estrechez de la carretera (con dos direcciones) y los cientos de baches en el firme que causaban constantes reventones de neumáticos sobre todo en los camiones. Tampoco andaban bien las cosas en la vía que comunicaba con Oviedo cuya conexión en Lugones con el tráfico procedente de Gijón convertía la ruta en un calvario para llegar a la capital, algo que se conseguía generalmente una hora después de partir de Avilés.

Este penoso tráfico terrestre duró hasta el año 1976 con la entrada en servicio de la Autopista conocida como la Y (y griega) por unir Oviedo, Gijón y Avilés. Aquello fue un salto del cero al diez, del negro al blanco, de Solari a Zidane. En cualquier caso, un acontecimiento histórico para Asturias porque aparte de ser la primera autopista de la región, la más larga de España libre de peaje y tener un revolucionario firme antideslizante… era un valioso instrumento para la creación, en el futuro, de una nueva vertebración urbanística y sociológica de un área metropolitana (formada por el conjunto de los tres municipios que además se irían soldando entre sí) de más de 800.000 habitantes. Hoy, estamos en aquel futuro, y seguimos sin ponernos de acuerdo.foto-3-autopista-y-elcomercioef0lxfa1

Los miles de millones de pesetas que costó la nueva autopista fueron de los mejor gastados en la historia de Asturias. Fue inaugurada oficialmente el 13 de febrero de 1976 por un ministro de Obras Públicas asturiano (Antonio Valdés González-Roldán) admirador, como no, de Jovellanos. En dicho acto tuvieron protagonismo los alcaldes de Oviedo, Gijón y Avilés (que entonces era Ricardo Fernández, popularmente conocido como ‘Rico’).

La Y (como se la conoce) va camino de soportar 500 millones de circulaciones de vehículos sin grandes reparaciones en su firme, algo que los técnicos consideran inaudito. Y eso lo hizo posible la técnica de construcción del mismo importada de los Estados Unidos y consistente en una capa de árido sobre la que se asienta otra de cemento y sobre ésta otra más de hormigón (un total de 62 cm de grosor). El firme resultante fue raspado (1.5 milímetros de profundidad) en estrías cada 25 milímetros (kilómetro a kilómetro) lo que proporciona una mayor adherencia en terrenos abundantes en lluvia como el asturiano aunque también más desgaste de neumáticos (vaya lo comido por lo servido) y mucho ruido ocasionado por las rodaduras.

La Y -actualmente integrada en la autovía del Cantábrico, eje del norte atlántico español que une Portugal con Francia- ha reducido los tiempos de viaje entre las tres mayores ciudades asturianas a menos de la mitad.

En cuanto a los camiones (circula uno por cada diez vehículos en la autopista) siguen sufriendo el mal estado de algunas calles de Avilés. Tanto es así que Gaspar Llamazares, hace unos cinco años y siendo un reconocido líder de IU, preguntó al Gobierno de España en el Congreso de los Diputados por su arreglo ya que Fomento y Ayuntamiento se pasaban la pelota sobre quien tenía que cargar con el muerto de la reparación de la carretera nacional N-632 a su paso por Avilés, en la zona conocida como Jardín de Cantos. Y quizá influenciado por este último término se animó el diputado y preguntó al Gobierno español si los avilesinos tendrían que variar la letra de su tradicional canción por otra que dijera «Carretera d’Avilés, un carreteru clamaba, polos baches que la vía, N 632 presentaba…».

            No rimaba muy bien Llamazares, pero el caso es que despelotamos las canciones con gran facilidad y lo mismo utilizamos la conocida canción avilesina como argumento político, que convertimos en himno regional un cántico lúdico (‘Asturias Patria Querida’) con el que se remataban las juergas (en toda España) a las tantas de la madrugada.

            ¿Algún día tendremos noche tranquila y serena?

Los episodios avilesinos es un blog de La Voz de Avilés

Sobre el autor

Espacio dedicado a aspectos históricos, biográficos, costumbristas y artísticos, fundamentalmente de Avilés y su comarca actual, así como a territorios que, a lo largo de los siglos, le fueron afines. Tampoco se excluyen otras zonas del planeta


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