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Alberto del Río Legazpi

Los episodios avilesinos

La Ladrona y La Deva, islas a babor de la Ría de Avilés

Cuando la Ría de Avilés se embarca en la mar, tiene a estribor las tierras de Gauzón con sus islas del Carmen y Herbosa, mientras que a babor están La Ladrona y también La Deva, en dominios de Castrillón, comandancia marítima de Avilés.

En la costa asturiana existen unas 14 islas, tan pequeñas que se las suele denominar islotes, luego hay otras, con tan poca superficie que aún formando parte de archipiélagos, también diminutos, no tienen entidad para ser singularizadas con una denominación. Y eso a pesar de que hay una bautizada como La Islona y que pudiera, por el nombre, deducirse que está en Gijón, pero es de Llanes.

De entre todas ellas destacan las dos citadas de Castrillón y por distintos motivos. Una, La Deva, porque con sus aproximadamente 500 metros de extensión y 90 de altura es la mayor isla de Asturias. Y la otra, La Ladrona, por su singularidad que ha venido generado leyendas que terminaron dando en un libro.

Ambas islas con la particularidad de tener a su derecha –perdón, a estribor– una playa adosada. La Deva tiene el mayor arenal de Asturias como es la playa del Sablón, a la que algunas publicaciones denominan, seguro que ateniéndose a normas geológicas, con el horrible nombre de playón. Mientras La Ladrona tiene a su vera la de Santa María del Mar.

La Ladrona es isla a tiempo parcial y de propiedad privada. Cuando baja la marea queda comunicada con tierra costera. Tan evidente y palpable es la unión que, en la bajamar, que tienen llevado hasta a ella a las ovejas para que pastasen, en la isla, el tiempo que dejaba la mar hasta que comenzaba a subir. Esto recuerda a la desaparecida (fue merendada por una draga en los años 40) isla de San Balandrán, de la Ría de Avilés, donde pastaban vacas que tenían paso franco desde tierra en la bajamar, lo que a mi entender le quitaba el halo de romanticismo que generaba nombre tan potentemente mítico.

Y hay otra cosa que une, en el recuerdo, a San Balandrán con La Ladrona y es que ésta última tiene (cosa que merece la pena ver) un bufón que se puede apreciar con las pleamares grandes o las marejadas fuertes. Con el bufón en acción La Ladrona se asemeja –expulsando chorros de agua por su parte alta– a una ballena, cetáceo que la leyenda identifica como una de las manifestaciones de la isla errante de San Balandrán aquella que aparecía y desaparecía en la profundidad de los mares.

La ballena empedrada que es La Ladrona de Santa María del Mar,  también cuenta con una galería submarina que la atraviesa de este a oeste, así como  una cueva de dimensiones considerables, elementos que dan mucho de si para la imaginación. Por ejemplo, circularon leyendas de que atraía cadáveres de ahogados, lo que dio lugar a que fuera bautizada como Ladrona. Y no paró ahí la cosa, porque afirmaban que un calamar gigante –oculto en la cueva– atrapaba a la gente, cosa que tiene su sentido ya que cerca de aquí está el Cañón de Avilés, donde parece ser que habitan los calamares más grandes del mundo. Lo de los cadáveres es verdad, pero es debido a que las corrientes arrastran hasta el inocente islote los cuerpos sin vida. 

Todo esto tenía que dar lugar a un libro, en este caso de narrativa infantil, escrito por Rubén Serrano titulado ‘La roca maldita’.

Y la que es de cine es La Deva, y si no preguntarle a Woody Allen que colocó a Rebecca Hall y a Javier Bardem en el faro de Avilés, con La Deva al fondo. Aparte de que casi todos los documentales generalistas sobre Asturias la incluyen como imagen destacadas.

Su nombre proviene de una divinidad prerromana asociada con el culto al agua y es una isla muy visible por tierra, mar y aire. Por tierra (desde la turística Senda Norte), por mar (por motivos obvios) y por aire porque que está situada, prácticamente, a los pies del Aeropuerto de Asturias. A la fuerza tenía que trascender y así La Deva tiñó con su nombre bendito lugares dedicados al ocio y a la  educación, bautizando un jardín público en Salinas (parque de La Deva) o un centro educativo en Piedras Blancas (Instituto de Enseñanza Secundaria Isla de La Deva).

La Deva, junto con la playa de Bayas que tiene a un costado, es un conjunto que ha sido declarado Monumento Natural. Adviértase la singularidad, bañada de connotaciones eróticas, de las islas castrillonenses, y por extensión avilesinas: La Ladrona es transformista, ya que muda de ínsula a península (y viceversa) al ritmo mareante de las mareas, y La Deva que, aparte del Sablón, tiene enfrente la nudista playa de Requexinos, abrigada solamente por la vegetación.

Si esto lo hubiesen pillado Azcona y Berlanga hubiesen hecho maravillas fílmicas.

 


Los episodios avilesinos es un blog de La Voz de Avilés

Sobre el autor

Espacio dedicado a aspectos históricos, biográficos, costumbristas y artísticos, fundamentalmente de Avilés y su comarca actual, así como a territorios que, a lo largo de los siglos, le fueron afines. Tampoco se excluyen otras zonas del planeta


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