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Alberto del Río Legazpi

Los episodios avilesinos

El chocante asunto de las islas fantásticas de la Ría de Avilés

(Mitos de ayer y hoy, que van de la desaparecida isla de San Balandrán a la ‘planificada’ de La Innovación, pasando por arquitectos del prestigio de Oscar Niemeyer o Norman Foster y actores de la categoría universal de Brad Pitt)
           En territorios históricos marinos de la zona de influencia de la Ría de Avilés, cuando se hable de piélago conviene aplicar el término archipiélago.
          De igual forma conviene saber que aparte de las islas en la mar abierta (La Deva, La Ladrona, Carmen y Herbosa) están las del estuario, tan fantásticas como planificadas, tan soñadas como deseadas, tan fenecidas como por nacer. Hablo de las islas de San Balandrán y de La Innovación, un archipiélago muy particular.

Dársena de San Juan de Nieva. Al fondo la isla de San Balandrán.

        La primera, situada frente al muelle de Raíces, en San Juan de Nieva, permanece aún –en el imaginario popular– fuertemente arraigada (en charlas, libros y fotos) a pesar de haber sido devorada por la draga entre 1941 y 1943 para facilitar el tráfico marítimo por el canal de la Ría. La gente sigue hablando de ella en presente, porque el cariño ni se compra ni se vende. Y además tu familia no te olvida.
        La pequeña isla de San Balandrán (130×56 metros) estaba frente a la playa del mismo nombre adonde la gente se trasladaba, masivamente, en lancha o en motora desde el muelle de Avilés. La experiencia marina, de generaciones de avilesinos, tuvo su principio y fin, en las idas y venidas a este remanso con nombre derivado del mítico santo irlandés (Saint Brandan) una de las leyendas más famosas de la cristiandad, un capítulo aparte.

Brad Pitt en la calle Galiana.

        Un microcosmos al mejor estilo de Julio Verne, situado en un paraje –digno de ser envuelto en color sepia– con otros encantos naturales tan fascinantes como el faro de Avilés, la peña del Caballo, marismas de Zeluán o la antiquísima y todavía misteriosa población de Nieva.
        Hasta que en 1950, sobrevino de golpe y porrazo la industrialización de Avilés y el espectáculo en el estuario tiñó a negro.
        Pero años más tarde, ya comenzado el siglo XXI, la Ría volvió a ponerse guapa, con agua de color agua y un espectacular paseo marítimo, aderezado con un conjunto escultórico de tres conos (popularmente, cuernos) de 30 metros de altura, obra del artista avilesino Benjamín Menéndez. Fue la época del ex alcalde Manuel Ponga como presidente portuario (1999-2007), quien por cierto en 2006 anunció la llegada de cruceros a la ciudad –ante la incredulidad de los avilesinos, y sorna de algunos tertulianos– e hizo historia como los hechos demostrarían seis años más tarde.
        Por otra parte fue el 26 de marzo de 2008, cuando el Principado de Asturias hizo público el embarazo de la Ría de Avilés. No se facilitaron fechas del parto –que se predijo dificultoso y a largo plazo– pero si el nombre de la criatura: Isla de la Innovación.

        Y deduzco que si la encinta Ría iba a ser la madre, el padre era el Niemeyer. De esta forma se fundían lo más antiguo y lo más moderno de Avilés para dar a luz a una isla de la que se esperaba ocasionararía una de las mayores transformaciones urbanísticas de España y que ha interesado, técnicamente, al arquitecto Norman Foster (Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2009) y, económicamente, al actor Brad Pitt socio -aparte de Angelina Jolie- de una firma arquitectónica internacional y que visitó el territorio del alumbramiento en la margen derecha de la Ría de Avilés generando portadas en los medios de medio mundo.

Planos de la isla La Innovación.

        Y así, entre islas de ser y no ser, circuló una coplilla:
«Oh Ría, tantos inviernos
y veranos maltratada
y ahora saneada
de polvo y lodos eternos…
¿Por qué te han puesto los cuernos
y te dejaron preñada?»
        Pero como la Historia es la novela de los hechos, resulta que si no hubiesen volado la isla de San Balandrán, no hubiese podido pasar –el 2 de mayo de 2012– un crucero con cerca de mil turistas extranjeros a bordo, el primero que abrió brecha en el turismo marino de Avilés, para atracar en el muelle contiguo al, entonces, mundialmente famoso Centro Niemeyer –hoy esperando justicia histórica y que alguien lo vuelva a poner a flote– generador de la anunciada isla de La Innovación.
        Dudo que, en materia de archipiélagos, haya en el mundo otro como el de la Ría de Avilés, tan seductor como fabulado, tan insólito como asolado, tan embarazoso como embarazado, con una isla desaparecida y la otra por aparecer.
        Visto y no visto.
 (Edición revisada del episodio publicado en ‘La Voz de Avilés’ el 3 de junio de 2012)

Los episodios avilesinos es un blog de La Voz de Avilés

Sobre el autor

Espacio dedicado a aspectos históricos, biográficos, costumbristas y artísticos, fundamentalmente de Avilés y su comarca actual, así como a territorios que, a lo largo de los siglos, le fueron afines. Tampoco se excluyen otras zonas del planeta


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