Con este nombre.. ¡ Cómo no voy a ir a hacerle una visita a este pueblo !. Casi 500 kms de ruta y un 90 % bajo el agua, con frío, y en la zona de Tremor, niebla.
Mis primeras dudas sobre si continuar o no el viaje surgen subiendo el Alto de la Cobertoria. Ni un solo atisbo de cielo azul, si no todo lo contrario, nubarrones estancados que parecen acomodarse en vez de querer irse. Normalmente hacia la zona de León suele mejorar el tiempo… Y así fue, pero por poco tiempo.
Asfalto húmedo y frío mientras ruedo por el Pajares impiden que pueda disfrutar la subida como hago en otras ocasiones. Sigo la N-630 hasta la Robla y allí la CL-626 hasta la Magdalena. Saco la hoja donde llevo anotados los desvíos que debo tomar y sé que por aquí hay uno. No me extraña nada habérmelo pasado… Los mapas y yo nos llevamos fatal pero como dicen que “preguntando se llega a todos los lados”, así lo hice… Afortunadamente en La Magdalena hace sol.. No parece el mismo día que hace media hora. Continúo ruta hacia Tremor y por el camino, una estampa que parece de postal.
La mala suerte hace que la lluvia vuelva a hacer acto de presencia. No llevo mi traje de aguas y se me ha metido el frío en el cuerpo.. Por las laderas de los montes se desliza el agua brotando a modo de bellas cascadas que en esta época son aún más llamativas.
Llegando a Tremor me veo inmersa en una engañosa niebla. No sé de dónde viene ni porqué me acompaña en mi viaje.. Sólo sé que , de repente, apenas veía nada. La visera del casco se me empañaba y lo único que deseaba era salir de aquella situación, de aquél infierno.. No sé el tiempo que duró, pero sí que se me hizo eterno y sólo rezaba para que nadie me llevase por delante por no verme o, yo misma, no viera tan siquiera la carretera y me cayera pendiente abajo por algún barranco. Mi nivel de concentración y de tensión se elevaron y se me agarrotaron las muñecas.. Por fín, empiezo a descender y, también, a ver.
Sé que no estoy lejos del pueblo.. ¡Qué ganas de llegar ! …
¡¡ Ahí está !!.. Veo un cartel con su nombre…. Tengo que dejar la moto en un parking que hay a la entrada del pueblo pues no permiten el acceso. Una señora corre las cortinas de su ventana al oirme llegar. Sí, un día como este es extraño tener visitas pero, yo soy así de impredecible…
Coloco la cámara en su trípode y éste, sobre un banco. Quiero llevarme mi recuerdo junto al cartel con tal peculiar nombre…
No me ha quedado muy bien, pero…
Antes de comenzar a explorar decido comer algo en la plaza del pueblo en la que había instalado un escenario y, junto a él, un banco en el que aproveché para descansar ( hay un bar a la entrada del pueblo bien señalizado ).
Un padre y su hija me saludan al pasar y me dicen: ¡ Buen provecho !. Las manos me tiemblan del frío.. Procuro no estar mucho tiempo parada y empiezo mi visita..
Aspecto propio de un pueblo típico del Bierzo.. Me encanta…
El río Boeza a su paso por Colinas..
El día oscuro y la lluvia no consiguen ocultar su belleza..
En días soleados uno puede hacer alguna de las rutas senderistas que parten desde aquí. Aún me quedan muchos kilómetros de vuelta y el tiempo no parece darme una tregua. Va siendo hora de ponerse en marcha… Paro a repostar en una gasolinera que hay cerca de Ponferrada. En esta parte de la ruta, el río Sil me acompaña..
Y en Leitariegos, nieve..
Llego a casa, me doy una ducha y tomo un cola-cao para entrar en calor. Ya casi es de noche.. Atrás quedó ese mal momento de niebla espesa en Tremor y, delante, nuevas rutas y bonitos sitios para explorar. V ´SSSSS.
Mapa de la ruta:
Enlace de interés: Ayuntamiento de Igüeña.