Por fín, ha dejado de ” orbayar “. No saldrá el sol y la carretera no secará. Nada inusual en Asturias y una ya está más que acostumbrada. Un destino cercano sería perfecto para dar una vuelta después de comer. No me resultó difícil encontrarlo.
Próximo a Pravia, Cañedo guarda un tesoro. Uno de los últimos molinos de agua en funcionamiento en Asturias y el único, por sus características, con implantación comercial de sus productos a nivel local, regional y nacional: los molinos de la Veiga.
Hace unos 20 años que Segundo Álvarez Fernández, el protagonista de esta historia, dejó el volante de su camión por la paleta y el ruido ( para él música ) de la piñera. Dice que ” tenía ganas de sentar la cabeza” y que había llegado el momento. En un molino de unos 600 años, la tradición se remonta a su abuelo Manuel, que los adquirió en el año 1.890.
No se arrepiente de ello pues comenta que ” esto lo vive “. Eso sí, no le demos una berza para plantar porque no tiene ni idea de cómo hacerlo, me asegura. Da gusto entrar en la Veiga. Rebosa color y alegría por los cuatro costados.
En un paraje de cuento a orillas del río Aranguín.
No cobra entrada y está dispuesto a enseñar sus tres molinos a quien los quiera ver. La próxima semana vendrán varios grupos de escolares a visitarle y la tiene prácticamente ocupada, me comenta con una sonrisa en la boca.
Funcionan las 24 horas del día durante las cuales producen de 700 a 800 kilos de producto. Ya sea harina de maíz…
Maíz tostado…
Y otras variedades muchas variedades perfectamente especificadas en la siguiente tarjeta.
El trigo lo traen de Aguilar de Campóo y el maíz de Navarra y son muchos y variados los distintos puntos de distribución. Todos estos sacos irán para Cabezón de la Sal, por ejemplo.
Otros muchos irán para grandes superficies como Alcampo, Makro, Feito y Toyosa, … En fín, que Segundo tiene mucho trabajo y por eso no para.
Bueno, sí, en algún momento…
Allí conocí también a su nieta, así que aproveché para desprenderme un poco de la cámara..
Aunque asegura que el estado de los molinos era bastante aceptable, en el año 2005 , Segundo, para aprovechar unas maderas que tenía, decidió comentarle a un amigo si se podrían utilizar para remodelar el espacio. La verdad es que ha quedado estupendo.
Las dos primeros siempre muelen maíz o garbanzo, el cual poco a poco, se va depositando en el ” merendal” o cajón.
Veámos cómo funcionan los molinos de la Veiga a través de un vídeo ( la piñera estaba también en funcionamiento ).
En el exterior…
En funcionamiento todo se ve diferente.
En la Veiga no hay rincón que se escape a impregnarse de harina.
Me despido de Segundo y su familia, el cual me advierte que vaya con cuidado don la moto porque, aunque tuvo una vespa durante muchos años y nunca le pasó nada, es conocedor de sus peligros.
Espero que os haya gustado. V´SSSSS.