Hace tres días que la ” ciclogénesis explosiva ” que irrumpió en el norte peninsular nos ha dejado. Los vientos huracanados han dejado de soplar y la calma ha vuelto a la tierrina. Añadido a todo ésto, estamos en Septiembre y comienza, la que considero una de las mejores estaciones para rodar en moto: el otoño. Una temperatura adecuada huyendo del excesivo calor de la época estival que no va muy acorde con la indumentaria motera. Una tarde por delante y una playa como destino: Gueirúa.
Nunca había estado pero sí es verdad que había visto muchísimas fotografías de la misma en la red. Finalmente, aconsejada por Loli GR ,de la página “ Retratando la Vida “, la cual recomiendo, me dí cuenta de que ya iba siendo hora de conocerla y comprobar por mí misma, lo impresionante que es.
La N-632 o “ carretera de la costa “, con escaso tráfico desde que abrieron la A-8, no es precisamente de mis preferidas. Eso sí, está bastante frecuentada por motoristas. Hoy me he encontrado con varios.
Algo de humedad en alguna zona sombría pero nada comparado con lo que aún nos queda por llegar. En el pueblo de Santa Marina, justo donde se encuentra el cartel del nombre del pueblo, una estrecha caleya a la derecha es la que debemos seguir para enfocar el camino de descenso a la playa. Una casa azul nos servirá de referencia.
Un perro ladra al oírme llegar. No parece que le gusten mucho los extraños cerca de “ su “ casa ( aunque debería estar más que acostumbrado). “ Ya me voy, ya me voy..”.
Por suerte, el calor hoy no hace acto de presencia aunque la sudada que me espera…. Ya sabréis porqué… Estos son los inicios del camino….
Y la parte que menos me gustó. Nada más y nada menos que 209 escalones conté al subir ( de aquí la sudada) , aunque estoy convencida de que alguno se me escapó en la cuenta.
Un pequeño mirador antes de llegar a la playa.
Sin palabras para tanta armonía en el paisaje.
Por el camino, el fruto otoñal nos recuerda que ya empezamos una nueva estación…
Y el último tramo, donde hay una pequeña cuerda para ayudar a aquellos que más lo necesiten en el descenso.
Unas pequeñas, pero resbaladizas pozas naturales, alrededor de las cuales camino con cuidado.
Cambiando la perspectiva..
Y ésta , una de las más fotografiadas de la playa.
Realmente es mucho más bonita “ in situ “ que en cualquier imagen que haya visto antes.
Momentos de descanso, con la música de las olas de fondo. Rondaba por allí otro espectador que se quiso sumar a este concierto.
Las aguas están tranquilas hoy, el cielo encapotado y las playas desérticas. La temporada alta ha terminado. Los turistas han vuelto a sus casas , sus trabajos, su vida cotidiana.
Pero nosotros, los que nos quedamos, tenemos razones de sobra para seguir disfrutando de estos paisajes de enorme belleza, de esta Asturias tan nuestra.
Espero que os haya gustado. V´SSSS.
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