Es el segundo Santuario asturiano más visitado y está ubicado en el concejo más extenso del Paraíso, Cangas del Narcea. Una ruta en compañía de Raquel, Jorge y Andrés en la que viajaremos hasta uno de los mejores miradores naturales de la tierrina. Aquél en el que uno podría sentarse y dejar las horas pasar simplemente elevando la vista al horizonte sin poder escoger un punto concreto al cual mirar porque no sabría por cuál decidirse. Cerrar los ojos y, de nuevo, volver a visualizar esas lejanas montañas pero acercándolas imaginariamente para poder tocarlas. Porque no hay mejor alfombra que un “prau”asturiano y, más aún, en un lugar tan característico como éste: el Santuario de Nuestra Señora del Acebo.
Las previsiones de lluvia para esta zona de occidente no consiguieron echar atrás nuestros planes de hoy. Aunque como bien me dijo Andrés “lleva preparado un plan B, por si acaso”, algo que suelo tener muy en cuenta y es que, lo que sobran son opciones. Como bien es sabido, la climatología asturiana no siempre juega a nuestro favor. El ascenso lo hicimos por la CN-2 desde Cangas del Narcea (en donde encontraremos fácilmente las indicaciones).
Desde cualquier punto de esta mítica subida ya vamos haciéndonos a la idea de lo que nos espera en lo alto.
Y no pudimos evitar hacer de nuevo otra parada. El entorno y un sofocante calor nos lo pedían,..
A buen ritmo llegamos hasta el aparcamiento, donde nuestras monturas descansarán mientras nosotros reponemos energías.
Intercambiamos opiniones sobre la ruta y el impresionante lugar en el que nos hayamos y, aprovechando que el Santuario tiene sus puertas abiertas, nos adentramos en él.
Explorando el interior…
Su origen se remonta al 8 de Septiembre de 1.575 cuando sucedió el primer milagro en el lugar donde se levantaba una antigua capilla. Los múltiples milagros que se sucedieron posteriormente convirtieron la capilla en un lugar de oración. Y debido a la gran cantidad de gente que asistía se decidió levantar un templo(para más información www.turismoasturias.es). En el exterior, una prohibición bien clara…
Carmen, la chica de la Oficina de Turismo de Cangas del Narcea, ya me había advertido de que si estaban las puertas cerradas, los responsables del restaurante que hay en el recinto del Santuario, podrían dejarnos las llaves para poder verlo. En esta ocasión, no hizo falta. Pero me proporcionó más información y, mencionó un nombre, María “la Avellanera”. Todo un icono en el concejo en el que nos encontramos y que, seguramente, la encontraríamos allí, día sí y día también.
María derrocha energía positiva por los cuatro costados. Es como un soplo de aire fresco y de alegría. Es imposible no reirse en una conversación con ella. Recibió su sobrenombre, “la Avellanera”, porque pasó 25 años de su vida vendiéndolas. Una vida marcada por la superación y las ansias de lucha y de “tirar p´alante”. Enviudó al poco de casarse y perdió una hija con tan solo 8 años. Aún así, los golpes que le ha dado la vida la han convertido en una luchadora y eligió ser feliz, pese a las circunstancias, que anclarse en el pasado y hundirse. Con un expresivo lenguaje corporal que habla por sí solo, sus enormes ojos transmiten seguridad y sus manos no han dejado de trabajar.
Su rostro, reflejo del paso del tiempo, hoy no está triste sino todo lo contrario. En realidad nunca estuvo sola. Viene mucha gente de fuera a conocerla y sacarle fotos(incluso ha sido portada en una Guía del concejo) de la cual ella misma, sarcásticamente, dijo cuando la vió que “no sabía que era tan fea”. Algo que no comparto para nada. Durante unos minutos, María fue nuestro centro de atención.
Si la cara es el reflejo del alma, la suya es de las más puras. Una señora de los pies a la cabeza que ha sabido amenizarnos la tarde con sus historias de las cuales nuestros oídos no querían perder el hilo. Y gracias a un regalo que nos hizo, esta tarde nos llevamos un poquito de Cangas, un poquito de María.
Una auténtica atalaya asturiana…
Uno de los elementos más fotografiados, aparte del estupendo panorama que nos rodeaba..
Y no sólo de uno en uno,…
No tenemos nada que envidiar a otros lugares famosos a nivel mundial. En Asturias lo tenemos todo.
La tarde avanza y los compromisos llaman a Andrés lejos de aquí por lo que “Naranjita” y él tienen que irse pese a no querer dejarnos. Abandona el lugar con gran pena por lo a gusto que estaba y esperando que pronto llegue la siguiente.
Una visita que cerramos acompañando a Raquel hasta el vértice geodésico El Acebo, que se halla muy próximo al lugar donde nos encontrábamos. Uno más para ir añadiendo a su lista de “vértices geodésicos de Asturias” la cual espera ir, poco a poco, completando.
Una ocasión única para seguir “limpiando el cerebro” como bien dijo Jorge. Y es que en lugares como éstos, uno se olvida de todo. Y no es de extrañar, con esto delante,…
Y de esta forma nos despedimos de un concejo del que muy pronto sabrán de nosotros y que, como muy bien nos dijo María: ” Ale!!Salud y suerte!!”.
Espero que os haya gustado.V´SSSSS.
Enlaces de interés: www.soniabarbosa.es
Agradecimientos: Motos Gijón, Neumáticos Motoval Oviedo y Dynamic Line.