Ni todos los impedimentos administrativos han conseguido que Claudio renunciase a rehabilitar el que es su molino desde los años 50. Proyectos, papeleo,..pero su constancia permitió que esta joya a orillas del río Aranguín renaciese como un ave Fénix y pueda presentar el aspecto que tiene en la actualidad. Con el tejado en estado lamentable y faltándole prácticamente la mitad de la construcción, hoy en día, tenemos que agradecerle que no cesara en su empeño y podamos disfrutar del molino de La Barraca.
Manuel Intriago, de la página “Al Debalu“, fue quien me puso en conocimiento de este lugar y a él le agradezco la aportación de algunas de las fotografías que ilustran esta crónica. Nuestro punto de encuentro fue delante del conocido Palacio Conde de Toreno. Kilómetros antes, yo ya pude disfrutar de la belleza paisajística del Valle de Arango.
Muy próximo a él, una carretera descendente con un corto recorrido de unos 2 kilómetros nos conducirá hasta el molino. La temperatura es agradable y al otro lado se encuentra la finca con manzanos que la madre de Claudio y él adquirieron hace más de 60 años.
Aún es temprano y Claudio no llegará hasta las 17:00horas que es lo que habíamos acordado por teléfono esa mañana, así que Manuel y yo aprovechamos para fotografiar el exterior. Tengo que admitir que me sorprendió haciéndolo en varias posturas y es que, en ocasiones, para lograr una buena fotografía hay que mantener el equilibrio o meterse entre los matorrales, entre otras muchas cosas.
Lo que él no sabe es que yo no fui la única a la que pillaron “in fraganti” ..
No tardó mucho en llegar el señor Francisco que vino a dar de comer no a uno..
Ni a dos,..
Ni tan siquiera a tres…
Si no que eran cuatro los gatitos que allí habitan al cobijo del molino y bajo la protección de este amable señor.
Y es que parecía que esa tarde era el día de estar en familia..
Nos habló de ellos y nos dejó bien clara la personalidad de cada uno. Desde el más cariñoso,..
Hasta el más huidizo,..
Francisco y su banda gatuna nos amenizaron el tiempo hasta la llegada de Claudio. Apenado nos enseñó su molino de dos muelas cuya molienda va dirigida a las necesidades de sus vecinos y nos cuenta todas las trabas administrativas que le pusieron a la hora de rehabilitarlo. Por suerte, finalmente pudo hacerles frente y hoy, su molino, presenta un aspecto bastante decente.
En el interior, atentos, afinamos los oídos ante sus explicaciones.
Francisco, con sus ropas llenas de harina, quiso colaborar en la explicación…
Y, mientras, Manuel seguía con su pasión: la fotografía.
Nuestros amigos no querían perder bocado alguno..
El molino de Claudio en La Barraca es, sin duda, un tesoro del concejo de Salas que Manuel me descubrió y, pese a que él ya había estado en otra ocasión, no quiso dejar pasar la oportunidad de conocer a Claudio. Una visita de la que estoy segura que se llevará un grato recuerdo y que no se encuentra a 1.000, ni 2.000 kilómetros de nosotros, sino en casa o, lo que es lo mismo, en Asturias.
Espero que os haya gustado.V´SSSSS.
Enlaces de interés: www.soniabarbosa.es
Agradecimientos: Neumáticos Motoval Oviedo, BMW Motorrad España, Motos Gijón, Dynamic Line