Seguía disfrutando de unos días de vacaciones y, aunque la ruta de hoy ya la había hecho con anterioridad, siempre es un placer empaparse de la belleza somedana. ¿ Qué podría decir yo de Valle del Lago que no esté dicho ya?. Ubicado en un paraje de gran valor paisajístico, atrae a un gran número de turistas que buscan recorrer cada rincón de este concejo y saborear ese atractivo tan suyo y personal que sólo aquí podemos encontrarnos. Iniciamos ahora, un recorrido hasta este impresionante lugar.
En ruta, la iglesia de Samartín ( en el concejo de Belmonte y construída en 1.922), siempre ha despertado mi curiosidad. Desgraciadamente estaba cerrada, así que será la excusa perfecta para volver.
Ocho kilómetros antes de llegar , en Pola de Somiedo, intento recaudar información sobre el concejo acercándome a su Oficina de Turismo. Aún es pronto por lo que un paseo por el pueblo me ayudará a concocerlo un poco más y aliviar estos minutos de espera que me quedan y que de esa forma estarán muy bien aprovechados. Allí, muy amablemente me atienden las chicas de recepción y nos despedimos con una sonrisa.” Esperamos volver a verte pronto por aquí. Ahora, eres una de las nuestras”. ¡ Qué más quisiera yo !. Os lo aseguro.
Algún turista y mucho calor y, sobre ” Trailera” , inicio el ascenso hasta Valle dejando atrás la capital del concejo.
El primer tramo de la carretera, empinado e invadido por curvas de herradura. A favor, un buen asfalto y el conocimiento de la misma , me ayudan a llegar , mientras disfruto del paisaje.
Ya en el pueblo, admiro las impresionantes moles que lo protegen haciendo que tenga ese aspecto de estar ” encajado”.
Encontrar un compañero de ruta hoy ha sido facilísimo. No he tenido que buscar a nadie. Se ha acercado a saludarme y durante toda mi visita me ha acompañado. ¡ Así da gusto!.
Mientras, alguna compañera solitaria, en un principio…
A mi vuelta, ya no lo estará tanto..
En Valle no nos faltarán lugares para degustar comida tradicional y relajarnos. Casa Cobrana, de gran tradición familiar en el pueblo, es todo un referente y no deberíamos dejarlo pasar por alto.
Incluso los más pequeños no tendrán cabida para el aburrimiento. Ni los aventureros tampoco.
Continuamos explorando y parece que mi compañero tiene mucha sed. La verdad que hace mucho calor y este sol no nos está ayudando nada. Menos mal que cada poco encuentra donde hidratarse.
Es hora de descubrir uno de los tesoros que esconde este pueblo y para ello tomo rumbo dirección a la iglesia que parece que está rodeada….
Y , a la vez, protegida.
Preciosas vistas desde este lugar.
Para llegar a un paraíso de IMPRESIONANTE belleza: el mirador de Peña Furada.
No debió resultar muy difícil ponerle ese nombre, dadas sus características.
Y, aunque parezca imposible, sigo acompañada. Aunque la que se queda rezagada soy yo, y mi compañero tiene que esperarme. Con este calor,…
En el pueblo, alguna curiosidad como esta donde ” el tejado está en el suelo”..
Y una foto que no puede , ni debe faltar, junto a una de las construcciones típicas de Somiedo, los teitos. Su cubierta, generalmente de planta de escoba, es el elemento más singular de la edificación y del que toma el nombre de ” teito” ( del Latín: “tectum” es la palabra asturleonesa para referirse acualquier tipo de ” techo” vegetal). Han sido parte importante de los vaqueiros de alzada que durante los meses de verano se iban a las zonas más altas con pastos más tardíos. Para pasar esos meses se construyeron teitos en las brañas ( por el camino de la iglesia, pasando por el mirador de Peña Furada llegaremos a la Braña de Sousas).
La visita de hoy ha concluído y lejos de apenarme el dejar a mi compañero solo, veo que rápidamente encuentra con quien irse.
Y yo continúo ruta hacia Pola de Somiedo, recorriendo de nuevo esas curvas que caracterizan el tramo inicial.
Somos muy afortunados por poder acercarnos a lugares como éste sin hacer muchos kilómetros.
Agradecimientos por su colaboración a: BMW Motorrad España, Motos Gijón, Dynamic Line, Neumáticos Motoval Oviedo.