En el desconocido concejo de Laviana, allí donde el otoño asturiano brota con tal esplendor que las hojas de los árboles nos enseñan sus mejores galas y donde el trinar de los pájaros es de las pocas melodías que escuchan nuestros oídos, se encuentra un pequeño núcleo poblacional conocido como L´Acebal. Hasta ese lugar, recién estrenada la que considero la mejor estación del año para rodar en moto(por lo menos la más pintoresca), me fui con mi ´Trailera´ para descubrir sus encantos. Una joya de la tierrina que os animo a que descubramos juntos. Comencemos nuestro viaje..
Una tarde cualquiera de un apacible día otoñal con la intención de disfrutar de la carretera , el paisaje y mi moto, salí rumbo al concejo de Laviana. Por la AS-17 el camino se hizo más corto de lo que pensaba y llegamos allí en un abrir y cerrar de ojos.
Era el momento de hacer una visita hasta uno de esos lugares en los que hace tiempo que tenía muchas ganas de hacer una parada y siempre dejaba para otra ocasión: El Puente D´Arcu.
Su construcción más típica es la que da nombre al pueblo: un puente romano de dos ojos de datación incierta.
Es domingo y alguna familia paseando, alguna pareja demostrándose su amor y niños, muchos niños jugueteando y alborotando un ambiente hasta ahora muy tranquilo. Después de Ribota la carretera se estrecha y el asfalto se cubre de húmedas y peligrosas hojas.
Para llegar a L´Acebal donde uno es imposible que pueda sentirse solo con tanta compañía a su alrededor.
Un pequeño pueblin que se convierte en todo un mirador natural de Asturias.
Y donde no hay excusa para acercarse, aunque no sea en moto, pues parece ser que la comunicación es buena….
Uno de los escondites que más me sorprendió se encuentra junto a la casa de Senen. Allí tuvo lugar nuestro encuentro y no pudimos evitar entablar conversación. Una de las personas más simpáticas con las que me he cruzado y como bien dice ” los que vivimos en los pueblos no valoramos tanto lo que tenemos”, ante mi insistente afirmación de lo mágico que sería despertarse con unas vistas como las que se pueden disfrutar desde su casa.
Y mientras charlamos coloquialmente, comienza a llegar más gente..
Estamos en el punto de reunión de sus familiares y amigos y así me hicieron sentir. Un lugar en el que, cada vez, eramos más…
No me canso de decir que es uno de los factores que más me gustan en mis “exploraciones”, mi encuentro con los “lugareños”. Sus historias se entremezclan con mi curiosidad y sus experiencias llenan mi saco literario que, posteriormente, plasmaré en estas líneas. En este caso, Senen ha pasado a formar parte de mi relato, de mi vida.
No les entretengo más pues no queda mucho para que la luz desaparezca. Y algún rezagado perezoso decide levantarse y acompañarme a conocer el pueblin del cual me dijo una señora : “sácanoslo bonito ehhh”.
Y no hay que hacer mucho esfuerzo para ello, como se puede apreciar.
Detalles que me enamoran..
Comienza ahora el recorrido por la escénica carretera en uno de cuyos puntos se señala el inicio de la ruta de Les Foces del Raigosu.
Sin palabras se queda uno ante esto..
Indescriptible belleza de un lugar “escondido” en un concejo que necesita un importante empuje turístico: Laviana. Es hora de bajarse de la moto, la ocasión lo merece.
Un paraíso de silencio en el que desaríamos perdernos admirando su inconmensurable paz y armonía. Y allí estoy con mi moto, solas, durante unos inolvidables minutos en los que me olvido del ruido del tráfico diario, del stress y de todo indicio de civilización. Naturaleza en estado puro. La Asturias desconocida por muchos pero adorada por todos: la nuestra.
El regreso hay que hacerlo por la misma carretera. Eso sí, sin dejarse por el camino alguna maravilla como esta.
Otoño espectacular en la tierrina. Aquél que, para nuestras monturas, puede resultar algo mágico a la par que algo peligroso.
Y abandono este concejo al cual prometo volver muy pronto, os lo aseguro.
Enlaces de interés: www.soniabarbosa.es
Agradecimientos a las colaboraciones de: Motos Gijón, Neumáticos Motoval Oviedo, DynamicLine, Triocar Motorrad.