En muchas ocasiones, esos días en los que uno no planea nada suelen ser los que, finalmente, acaban saliendo redondos. Eso fue lo que sucedió ese 2 de enero del 2017 en el que, un intercambio de mensajes matutinos, nos llevó a Carlos y a mi a reencontrarnos en la carretera. Parece ser que explorar engancha y algunas de las personas que se han animado a hacerlo antes han decidido repetir. Un concejo: Lena, y un lugar que llevaba en mi lista de “pendientes” demasiado tiempo: Llanos de Somerón.
Poco más de las 13:00horas y salgo en su encuentro en una gasolinera próxima a Pola de Lena. Sorprendentemente la pantalla de mi casco se inunda de gotas de lluvia que, poco a poco, dejan de ser una simple llovizna para convertirse en un chaparrón. Después de un breve café, sobre nuestras monturas, nos dirigimos rumbo a la mítica N-630 que sube al Puerto de Pajares. Un desvío a la derecha al poco de pasar el Puente de los Fierros nos llevará durante 4 kilómetros a nuestro destino, es la LE-12. Una angosta y parcheada carretera que, paulatinamente, se irá abriendo al valle y desde la cual observamos el intenso tráfico al otro lado y, en el nuestro, solo silencio.
Carlos me comenta que esta es la primera vez que sube en un vehículo de motor hasta el pueblo pues, practicando una de sus aficiones, la bicicleta, ya lo había hecho en alguna ocasión. Siempre hay una primera vez para todo. Y realizamos el ascenso con precaución y sin poder evitar hacer varias paradas para fotografiar el paisaje que nos rodeaba y el cual era el verdadero protagonista.
En un abrir y cerrar de ojos llegamos al pueblo sin poder esconder nuestra presencia por la gran cantidad de guardianes que nos esperaban.
Uno de los mejores miradores naturales que conozco..
La plaza donde se ubica la iglesia se convirtió en nuestro párking.
Y allí mismo, con el único sonido de algún estridente ladrido, sería nuestro comedor al acabar la visita, momento que aprovecharemos para ponernos al día. Pero antes, una concienzuda exploración a un lugar que nos dejará con la boca abierta por la reunión de tanta belleza.
Desde la zona más alta,…
Rincones…..
Haciendo amigos,..
Apenas se nota el frío pero el cielo sigue encapotado de nubarrones. Escuchamos el sonido de nuestros pasos, los ladridos han cesado y huele a leña quemada. No es para menos..
Y me vienen a la mente historias de cuando me sentaba delante de la chimenea de mis tios en Portugal, mi tierra natal. ¡¡Qué buenos recuerdos!!.
Aquí en Llanos, a Carlos y a mi nos llamó la atención el gran número de ejemplos de arquitectura popular que nos encontramos y el buen estado en el que se conservan.
Con diversos usos muy originales por cierto…
Realmente en Asturias no necesitamos una escalera para llegar al paraíso..
De aquí parten numerosas rutas de senderismo. Y no debemos olvidar la gran importancia gastronómica de Llanos, de donde se dice que se cultivan los mejores “arbeyos” del mundo.
Es hora de concluir nuestra visita por este pequeño rincón de la tierrina para dirigirnos al siguiente el cual descubriréis en unos dias. Aquí, en el pueblo, alguien se ha quedado triste por nuestra partida. No te preocupes. Volveremos…
Espero que os haya gustado. V´SSSSS.
Enlaces de interés: www.soniabarbosa.es
Agradecimientos a las colaboraciones de: Triocar Motorrad, Neumáticos Motoval Oviedo, DynamicLine y Motos Gijón.