En el centro de Asturias, la Sierra de Peñamayor emerge a modo de paraíso natural queriendo ser disfrutado por todos aquellos que nos acerquemos a conocerla. Subir a Les Praeres en moto se convierte en toda una experiencia por la empinadísima y estrecha carretera que nos conduce hasta este mágico lugar del que guardo algún que otro recuerdo inolvidable de mi ruta.
Una tarde cualquiera de un recién estrenado otoño, ´Trailera´ y yo, como de costumbre, salimos a explorar la tierrina, esta vez acompañadas de un cálido sol y una temperatura más que agradable para las dos ruedas. Rincones perfectos queriendo ser fotografiados y allí estaba yo para que nada se me escapara.
Desde Nava, las indicaciones son bien claras y callejeamos hasta llegar a orillas del río Prá junto al cual se encuentra un molino y un área recreativa.
El ascenso se dibuja surcando numerosas curvas de herradura a través de una angosta carretera.
Es imposible no detenerse en algún tramo puesto que las vistas llegan a quitar el hipo a cualquiera.
Un estupendo comedor el que escogí para poder degustar no sólo mi bocadillo, sino también de un entorno en el que el silencio, mezclado con el sonido de los cencerros del ganado suelto que campaba a sus anchas por las verdes praderías, se había convertido en protagonista.
Y cosas que pasan cuando andas en moto….Mi ´Trailera´ se cae al suelo y no consigo levantarla sola debido al vallado trasero. Un amable chico que pasa con un todoterreno me ayuda y consigo subirme a ella después de varios intentos. Lo cierto es que la irregularidad del terreno en el que me encontraba y el llegar tan mal con los pies al suelo debido a mi 1,53m de estatura facilitó bastante lo sucedido. Pero como digo yo: ” arriba Sonia!!!Que todas las caídas sean como esta..”.
En lo alto, nada mejor que tomarse algo en el bar del mismo nombre, Les Praeres, y disfrutar de nuestro paraíso. Nuestra Asturias.