Hay lugares en los que el tiempo parece detenerse. Lugares, en los que la Naturaleza cobra tal protagonismo que, su inmensidad se magnifica aún más gracias al deleite de las hojas de cualquier árbol por pequeño que sea, de cualquier río, por poco caudaloso que se nos presente o, por cualquier silbido de un pequeño gorrión que revolotee alegremente sobre ella. Y serán esos mismos lugares los que, de forma casual, nos lleven a experimentar intensos momentos que se grabarán a fuego en nuestras vidas, como algo que no olvidaremos nunca, creando una recopilación de “historias moteras” de las que, en no muchos años, hablaremos sonriendo y recordando lo felices que nos hicieron cuando las disfrutamos. Prácticamente a pie de carretera, a modo de una sorprendente cola de caballo, emerge la cascada de Morlongo, de la cual supe por vez primera gracias al blog de Slow Rider, el cual sigo desde hace años, y a la cual nombró esa mañana mi compañero de ruta, Carlos, ante mi pregunta: ¿Hasta dónde vamos?. Os invito a que nos adentremos en el impresionante occidente asturiano,concretamente, hasta Villanueva de Oscos, para conocer este paradisíaco rincón al que seguro, aquellos que no lo conozcáis, intentaréis descubrirlo.
Parece que una temporadina sin haber podido subirme a mi “Trailera” ha querido que ese día saliera del garaje con una enorme sonrisa y unas ganas tremendas de poder sentir, de nuevo, la libertad de poder moverme, de salir a explorar. El calor aprieta y parece ser que el mes de agosto se despide haciendo honor a su nombre con elevadas temperaturas( las cuales, personalmente no soporto muy bien enfundada en la ropa motera). Carlos, compañero de ruta de ese día, me esperaba en la salida de Querúas. Un rápido café dio comienzo a una ruta motera en la cual los apasionantes paisajes de occidente lucían sus verdes a modo de bandera. Puerto de Vega, uno de nuestros “Pueblo Ejemplares” y, sin duda, uno de los más pintorescos de Asturias, marcó una parada en nuestra ruta y, desde luego, no nos fuimos de allí sin la foto de nuestro paso por el mismo.
Navia y Vegadeo nos aprovisionaron de comida y bebida para comenzar a subir el Puerto de la Garganta surcando sus curvas y, a la vez, sin poder evitar ladear la cabeza para contemplar el imponente escenario que se cernía a nuestra izquierda. A unos 22 kilómetros de esta última población, Morlongo se encuentra a unos 800 metros de la AS-13, mientras que el salto del mismo nombre lo ubicamos prácticamente a pie de carretera junto a una señal bien visible en la que puede leerse “cascada”.
La idea inicial de comer en el área recreativa muy próxima al lugar donde estacionamos nuestras motos, fue rápidamente desechada en cuanto nos hallamos frente a ella. Era nuestro comedor perfecto.
Sin otro sonido más que el discurrir del agua y nuestras voces, unas veces hablábamos, otras simplemente escuchábamos… Fotos y más fotos, inmortalizando aquél mágico lugar.. Un cercano paraíso desconocido por muchos.
El agua estaba fresquita,…y en un día de calor como ese eso era de agradecer,..
Y, pese a haber estado ya en dos ocasiones en el lugar, no creo que vuelva a pasar por esta carretera sin volver a hacer de nuevo otra visita a un rincón tan maravilloso. Y así fue como de allí nos fuimos los tres, y digo los tres porque Vicente Malpica me acababa de regalar hace muy pocos días, algo muy especial para él: un pequeño muñeco, Pluto, que a partir de ahora viajará conmigo y “Trailera” puesto que él ya no puede hacerlo con su moto. Aún así, este pequeño, ha estado por América del Norte, Canadá, Alaska, Japón,…Ahora le toca cambiar de dueño y seguir viajando…pero conmigo. Gracias Vicente por entregarme algo con un valor sentimental tan enorme para tí.
El Puerto del Palo, una ventana a occidente, se abría ante nosotros,…..Simplemente, ¡¡IMPRESIONANTE!!.
Para acabar despidiéndonos en Pilotuerto,…y, una vez más, cada uno continúa su destino para encontrarnos, quizás, muy pronto y en moto, en cualquier otro rincón asturiano. Espero que os haya gustado.V´SSSS.