Elegido Pueblo Ejemplar en el año 2004, esta aldea somedana ubicada en el Valle del Pigüeña nos trasladará esta semana hasta la Asturias profunda, la que sorprende siempre que se la va conociendo y de la que, poco a poco, vamos descubriendo nuevos rincones en este blog. Comencemos a recorrer este pequeño recoveco paradisíaco en el que se acaba el asfalto y se inicia la aventura.
Desde Belmonte nos separan unos 28 kilómetros de Villar de Vildas hasta donde llegaremos a través de un desvío que tomaremos en Aguasmestas en la AS-227. Estábamos en pleno mes de mayo y, sin embargo, pese al sol, en las zonas sombrías la temperatura no era precisamente muy agradable(unos 6 grados aproximadamente). Demasiado confiada en la presencia del astro rey, eché en falta una cazadora en las maletas de mi “Trailera“. Eran las 8:30 horas de la mañana, un día cualquiera entresemana y escaso tráfico en la carretera.
Después de 12 kms desde el desvío atravesando pueblos como Santullano o Pigüeña, llegué a Villar de Vildas que, en ese momento, se veía inmerso en un remanso de tranquilidad y silencio enturbiados únicamente por nuestra llegada ante la cual, mientras que los lugareños se sorprendían, algún “peludin” se acercó a recibirme.
“Trailera“aguardó a la sombra mientras yo me dedicé a explorar los rincones del pueblo.
Y, cuanto más descubría, más me gustaba.
Su iglesia se encontraba en plena rehabilitación y es que se, como es lógico,se trataba de “ponernos guapos”.
Otros se acicalaban para agradar al prójimo.
Desde aquí se inicia la ruta a la Braña de La Pornacal, la más extensa y mejor conservada del concejo y a tan solo 5 kms.
Muy próximo se encuentra un mirador el cual, a su vez, podría servirnos en otra ocasión, como posible comedor.
La mañana va avanzando y mi siguiente destino nos espera a “Trailera” y a mi así que me despido de Villar de Vildas, de sus habitantes y, por supuesto, de su inminente belleza. La belleza que salpica los rincones somedanos y que solo podemos encontrar en el paraíso, en Asturias.