Partamos, que una persona tiene una fibrilaciónn auricular por otra parte la arritmia cardiaca sostenida más frecuente, cuya prevalencia se estima del 4% en mayores de cuarenta años, lo que supondría que un millón de personas pueden padecerla en España.
Esta arritmia puede tener consecuencias graves como la insuficiencia cardiaca, las embolias y los accidentes cerebro vasculares con el consiguiente deterioro cognitivo, en resumen pueden producir coágulos en diversos territorios vasculares, de ahí que se precise una medicación anticoagulante prácticamente de por vida.
Es evidente que se está simplificando la cuestión pues hay otras razones y padecimientos donde también se debe aplicar medicamentos anticoagulantes, escalas llamadas CHADS2 o la más actual CHA2DS2VASc, lo determinan, en ellas se tiene en cuenta la edad el tener diabetes , el haber tenido un ictus o un accidente isquémico cerebral transitorio previo etc.
El fármaco más conocido y empleado en España es el Sintrom , un antagonista de la vitamina K, cuyo efecto anticoagulante se debe a que disminuye los niveles en sangre de la Protrombina.
El Sintrom requiere frecuentes ajustes de dosis a nivel individual, pues puede variar dependiendo del tipo de dieta, y de si se toman otros medicamentos con los cuales puede competir, para ello se determina el INR , un índice de normalización que para anticoagulación de problemas cardiovasculares que son la mayoría , debe estar entre 2 y 3. Si el rango es inferior el efecto anticoagulante es Insuficiente , si es mayor existirá un riesgo de hemorragia, hemorragias que a veces tanto el paciente como los médicos han detectado incluso con controles a priori aceptables.
En la última década han aparecido nuevos anticoagulantes NACOS, que mejoran el perfil farmacológico del Sintrom, en principio no requieren que se realicen controles INR, con la comodidad, ahorro en tiempo y gasto, y seguridad, un inconveniente es que son más caros, por lo que las administraciones sanitarias suelen poner freno, veto y dificultades a los médicos para su prescripción, visado de inspección médica, expedición solo por médicos de determinadas especialidades y otras, se sabe que solo un 17% de la población que precisa anticoagulantes tiene acceso a estos nuevos NACOS, siendo su acceso desigual, por comunidades autónomas, y dentro de ellas por áreas sanitarias.
Existe un debate fármacoeconómico a este respecto pues si bien son inicialmente más caros que el Sintrom, a largo plazo, recordemos que el tratamiento es para toda la vida, imputando todos los gastos, controles analíticos, desplazamientos, a veces pagados por la sanidad pública , ingresos hospitalarios por hemorragias etc. finalmente algunos estudios encuentran un ahorro.
En fin entiendo que estos nuevos anticoagulantes como Dabigatran inhibidor directo de la trombina u otros inhibidores directos del factor X como el Ribaroxaban y otros más recientes tienen cabida en el amplio espectro de pacientes anticoagulados .
No olvidemos que se producen 130.000 Ictus cada año, siendo esta la primera causa de muerte entre las mujeres y la segunda en hombres tras el IAM.
Si pudiéramos conseguir que la anticoagulación se hiciera más y mejor sin duda este número tan significativo de accidentes cerebro vasculares disminuiría y con ello tanto la mortalidad como el grave deterioro psicofísico que conlleva.