Es conocido que la humedad y el frío propician el desarrollo de microorganismos y debilitan el sistema inmunológico, el descenso de la temperatura ambiente pueda alterar la función de los cilios de la vía aérea cuyo cometido es retener y expulsarlos.
Reforzar las defensas con hábitos adecuados es fundamental para prevenir infecciones y evitar resfriados.
Frutas y verduras con alto contenido en vitaminas y minerales juegan un papel importante, alimentos que contengan probióticos triplican la eficacia del sistema inmune, entre ellos están los lactobacilus y las bifidobacterias, encontrados en el yogur y queso, ayudando a la flora intestinal donde reside la microbiota de amplia capacidad inmunitaria, otros elementos como el ajo fresco o machacado, el Zn, el Selenio, los betacarotenos, las Vitaminas A, C y E también son de utilidad.
Y aún siendo la dieta importante no es del todo influyente, otros como los conocidos hábitos saludables son sin duda definitivos, hacer ejercicio de forma regular y evitar el consumo de tabaco y alcohol, por el contrario, la falta de sueño y stress puede aumentar los niveles de cortisol y disminuir las defensas.