Primer mito, de niño no te daban café porque podrías no crecer adecuadamente, múltiples estudios realizados al respecto ningún redujo la masa ósea.
Veamos, esa mala reputación del café como insano, existen desde luego muchos, buenos y malos estudios, pero vamos a leer los de solvencia como los publicados en revistas científicas no comerciales.
Existen al menos 36 metaanálisis o estudios sobre su influencia en el riesgo cardiovascular, en el que participaron 1.270.000 personas, con un consumo moderado entre tres y cinco tazas, ninguno presentaba mayor riesgo, los que lo bebían por encima de cinco tazas tampoco lo tenían con respecto a los que no bebían ninguno, en el estudio se incluían otras mezclas del café con leche, capuchino, Mocha (580 Calorias, 22 grs. grasa y 79 grs H. Carbono)
Respecto a problemas cerebrovasculares (Stroke) Once estudios, 480.000 participantes, consumo de dos a seis tazas: menor riesgo de enfermedad.
Riesgo de Cáncer. Menor para cáncer hepático en un 40%, asociación negativa con cáncer de próstata y de mama, respecto a cáncer de pulmón, el incremento del riesgo venía derivado del efecto tabaco (fumadores)
Se ha demostrado también que el café mejora la terapia antiviral en pacientes tratados por hepatitis por virus C (HVC) y su uso debería ser estimulado en pacientes con patología crónica hepática.
En desórdenes neurológicos se ha comprobado menor riesgo de Parkinson, disminución en el declinar de la función cognitiva en pacientes con enfermedad de Alzheimer.
En el 2005 se comprobó que en al menos de un tercio que bebían entre seis y siete tazas existía una reducción del riesgo de padecer Diabetes tipo 2 (DM2) el último estudio repetido del 2014 es similar, beber café tanto con cafeína como sin ella disminuye la posibilidad de tener esta enfermedad.
Estudiando por fin la muerte por todas las causas, en el que han participado un millón de personas, el café reduce significativamente las acusas de muerte.
Digamos pues que el café es un producto epidemiológicamente bien agradecido