El dolor neuropático afecta a nivel mundial al 8% de la población, especialmente a las personas de entre 45 y 65 años, y representa el 25% de los motivos de consulta en los servicios de AP. Este dolor está causado por una lesión o disfunción del sistema nervioso central o periférico y se caracteriza por ser continuo, quemante y punzante.
A pesar de su prevalencia y de que el 85% de los pacientes ven seriamente deteriorada su calidad de vida, el dolor neuropático no suele ser fácil de diagnosticar, lo que explica que el 60% de los pacientes tarde hasta dos o más años en tener un diagnóstico preciso.
“A veces es invisible porque se produce por una alteración de las fibras que transmiten el dolor y, además, porque a los profesionales no nos han enseñado a tratarlo ni a detectarlo”, comenta la representante del Grupo de Trabajo del Dolor Neuropático de la SED, Concha Pérez.
Con el fin de mejorar la formación entre los profesionales sanitarios y, por ende, la derivación a las unidades del dolor, se ha creado este protocolo que, en palabras del presidente de Semergen, José Luis Llisterri, pretende satisfacer las demandas de los médicos de Atención Primaria sobre el abordaje de este tipo de dolor.
Para ello, el documento establece los criterios de derivación según las diez patologías más habituales: neuropatía diabética dolorosa, neuralgia del trigemio, neuralgia postherpética (tras un herpes zóster), radiculopatía lumbar y cervical, neuropatías por atrapamiento, cicatrices dolorosas, dolor neuropático en las úlceras de extremidades inferiores, síndrome de dolor regional complejo tipo I y tipo II y dolor central (dolor post accidente cerebrovascular y dolor en enfermedad de Parkinson).
En cada una de estas enfermedades se recoge un resumen de la clínica, el diagnóstico y el tratamiento, a la vez que se propone una serie de criterios específicos y generales para la derivación del paciente a las unidades del dolor.
“Es un documento hecho por médicos de Atención Primaria y especialistas del dolor para informar sobre cómo se debe derivar a estos pacientes y, en el caso en el que no sea necesario, cómo hay que tratarlos”, concluye Ibor. El protocolo va a ser difundido en todos los ambulatorios de España.