El cribado de la osteoporosis podría prevenir más de una cuarta parte de las fracturas de cadera en mujeres mayores, según una nueva investigación liderada por la Universidad de East Anglia (UEA), en Reino Unido.
Este trabajo, publicado en The Lancet, revela que un cuestionario simple, combinado con mediciones de la densidad mineral ósea para algunas, ayudaría a identificar a aquellos en riesgo de fractura de cadera.
La investigación, en la que participaron más de 12.000 mujeres mayores, descubrió que el cribado a través de las prácticas de atención primaria permitía a las pacientes ser objetivo de tratamiento. En las mujeres que aceptaron participar, esto condujo a una reducción del 28% en las fracturas de cadera en cinco años.
“Una fractura de cadera puede ser devastadora con una pérdida de independencia y menos de un tercio de los pacientes que se recupera completamente. La mortalidad después de la fractura de un año es aproximadamente del 20%. Queríamos saber si las pruebas de detección, como las pruebas de cribado de cáncer de mama, podrían ayudar a identificar a las personas en riesgo de sufrir una fractura”, añade.
El gran estudio multicéntrico de detección comunitaria en Reino Unido fue una colaboración principalmente entre la UEA y la Universidad de Sheffield, e involucró a investigadores de las universidades de Southampton, Bristol, Birmingham, Manchester y York, y más de 100 consultas de atención primaria.
El equipo utilizó una herramienta desarrollada de la Universidad de Sheffield llamada FRAX, que predice la probabilidad de una fractura de cadera o una fractura osteoporótica mayor (una fractura de cadera, columna vertebral, brazo o pierna) para identificar a mujeres mayores con alto riesgo.
Se reclutó a un total de 12.483 mujeres de entre 70 y 85 años de 100 consultorios médicos en siete regiones del país. La mitad de las mujeres se sometió a un cribado para comparar el cribado con la atención habitual.
Entre las examinadas, se recomendó posteriormente el tratamiento para una de cada siete mujeres consideradas en alto riesgo de fractura de cadera. Las mujeres y sus médicos actuaron de acuerdo con esta recomendación, de modo que más de las tres cuartas partes de las mujeres en alto riesgo tomaban medicamentos para la osteoporosis dentro de los seis meses posteriores al examen.
Aunque las pruebas de detección no redujeron la incidencia de todas las fracturas osteoporóticas, la reducción de fracturas de cadera fue evidente. En el grupo de cribado, hubo 54 mujeres menos que sufrieron una o más fracturas de cadera en comparación con el grupo de atención rutinaria. El estudio sugiere que una fractura de cadera podría prevenirse por cada 111 mujeres examinadas y el análisis inicial plantea que es probable que el enfoque sea coste-efectivo.
“Este es el primer ensayo que demuestra que un enfoque comunitario de detección basado en la herramienta de riesgo de fracturas FRAX es factible y efectivo. Dado que se espera que el número de fracturas de cadera debilitantes y costosas aumente con el envejecimiento de la población, los resultados de este estudio potencialmente tienen implicaciones importantes para la salud pública”, subraya Shepstone.
“La evaluación de bajo coste con FRAX entre la población de mayor edad podría resultar en una intervención efectiva y específica para reducir la carga humana y socioeconómica de las fracturas de cadera de la misma forma que en el estudio en todas las mujeres de Reino Unido con edades entre 70-85 años. Estimamos que la estrategia podría prevenir hasta 8.000 fracturas de cadera por año en Reino Unido. Incluso, se podrían obtener mayores ganancias si pudiéramos llegar a las mujeres similares a aquellas que no participaron en el estudio”, concluyen los autores.