El estudio ANZEN, promovido por la Agencia de Investigación de la Sociedad Española de Cardiología, ha concluido que la mitad de los pacientes anticoagulados están en riesgo de sufrir un ictus porque no están bien controlados.
“En este estudio hemos comprobado que los cardiólogos no son conscientes de la mala calidad de la anticoagulación con los tratamientos habituales, antivitamina K, en pacientes con fibrilación auricular no valvular, que es prácticamente la mitad de la real”, ha indicado el jefe del Servicio de Cardiología en Osakidetza y el Hospital Quirón Vizcaya, el doctor Iñaki Lekuona.
“Esta arritmia multiplica por cinco el riesgo de ictus y embolia sistémica en más de un millón de pacientes que la padecen en nuestro país”, ha añadido el especialista.
Anotaron la ratio internacional normalizada (INR), índice que indica el tiempo que tarda la sangre en coagular y que debe encontrarse entre 2 y 3. Además, estudiaron el tiempo de rango terapéutico (TRT), el tiempo en que el paciente tiene el INR entre 2 y 3 y por tanto menos riesgo de complicaciones, como un evento trombótico o sangrado mayor. Se consideró inadecuado el TRT si era inferior al 65%.
Los resultados demuestran que el TRT en los últimos seis meses era inadecuado en el 60% de las historias consultadas. No obstante, la impresión de los cardiólogos sobre los últimos cuatro pacientes anticoagulados con antivitamina k atendidos fue de una mala anticoagulación solo en el 34% de los casos.
“Con los resultados del estudio ANZEN, se demuestra la urgencia de mejorar la calidad de la anticoagulación en España, incluyendo el cambio a un anticoagulante oral de acción directa”, ha apuntado Lekuona. En España, el uso de los anticoagulantes orales de acción directa es limitado y bastante menor a la media de uso de otros países europeos.
El riesgo de ictus en pacientes anticoagulados puede revertirse si el facultativo confirma si su paciente toma de forma correcta su medicación. En este sentido, Freno al Ictus y Daiichi Sankyo han puesto en marcha la campaña “Gracias, doctor”, compuesta por materiales gráficos y audiovisuales, para concienciar y sensibilizar a los médicos sobre la necesidad de controlar a este tipo de pacientes y evitar enfermedades cerebrovasculares.
“El 90% de los casos de ictus se podrían evitar con una adecuada prevención, hábitos saludables y vigilancia del tratamiento. Por ello, es imprescindible hacer llegar nuestro mensaje a pacientes y profesionales sanitarios”, ha explicado el presidente de Freno al Ictus, Julio Agredano.
“Es importante recordar que el hecho de haber sufrido un ictus es un factor de riesgo en sí mismo para sufrir un segundo evento cerebrovascular”, ha señalado Agredano.
Casi un 20% de los ictus se deben a la fibrilación auricular. “Para el neurólogo optimizar el tratamiento anticoagulante es una prioridad, pues atendemos las principales consecuencias de la fibrilación auricular: el ictus isquémico y la complicación más grave del tratamiento con anticoagulantes, el ictus hemorrágico”, ha resumido la coordinadora del grupo de estudio de enfermedades cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, María Alonso de Leciñana.
“Por ello ofrecer a nuestros pacientes anticoagulantes con un efecto predecible y con menor riesgo hemorrágico como son los anticoagulantes orales de acción directa es fundamental”, ha incidido la citada especialista.
El estudio ANITA-FA, en el que han participado 1.240 pacientes españoles, recoge que el 62% de los pacientes con antivitamina K que ingresaban en la Unidad de Ictus estaban mal controlados.
“Pese a ello, este estudio muestra que sólo en dos tercios de los pacientes que sobrevivieron al ictus presentado estando en tratamiento con antivitamina K se indicó el cambio a un anticoagulante oral de acción directa-
En la consulta del Dr. D. Escribano se valora nivel y riesgos de los anticoagulantes prescritos. Solicite información o consulta