En una serie de 274 casos consecutivos de COVID-19 ingresados en el hospital, un porcentaje significativo (7,7%) fueron diagnosticados de tromboembolismo venoso. El tipo más común, observado en el 76,2% de estos casos fue el embolismo pulmonar.
El equipo encontró que el análisis la medición de los niveles de dímero D es útil para identificar a los pacientes con mayor riesgo de tromboembolismo venoso al ser admitidos en el hospital.
“Identificar qué pacientes presentan riesgo y evidencia clínica de tromboembolismo venoso en la COVID-19 es muy importante por dos razones. En primer lugar, porque la tromboembolia venosa está relacionada con un mayor riesgo de muerte, y en segundo lugar, porque es tratable con medicamentos anticoagulantes”, explica Chi Eziefula, líder de esta investigación que se ha publicado en Clinical Medicine.
“Este estudio subraya la importancia de seguir investigando para explorar los mecanismos patológicos específicos de la COVID-19. También destaca la urgente necesidad de ensayos clínicos para evaluar el papel del tratamiento anticoagulante en la prevención de la morbimortalidad por la infección de COVID-19”, apunta otro de los autores, Tim Chevassut.