Apple acaba de presentar algunas de las características de su próxima actualización de sistema operativo para iPhone y iPad, la iOS 11.3. En principio, se trata de una evolución orientada a la mejora en la seguridad y funcionalidad de estos dispositivos, sin aparentes novedades de mayor calado. Pero sí hay una que seguro va a marcar una senda de futuro, y probablemente supondrá un cambio en la manera en que se maneje la información clínica a medio plazo. A partir de ahora iOS va a permitir a los pacientes ver los llamados registros médicos electrónicos (EMR) y resto de información clínica que dispongan sobre ellos los hospitales. En efecto, la historia clínica se podrá acceder desde un iPhone.
La nueva función se denomina originalmente Health Records, y en realidad es una ampliación de la aplicación denominada “Salud”, que ya está presente de manera nativa en ese sistema operativo desde 2014. Es la app que se representa por un icono blanco con un corazón en su esquina superior derecha. Inicialmente, Salud se orientó a alojar determinados datos que eran proporcionados directamente por el usuario del teléfono, tanto los relativos a su actividad -que podía ser recopilada mediante los sensores del iPhone o mediante pulseras cuantificadoras-, como los que él quisiera aportar, como mediciones específicas, estados de ánimo, alergias, medicación, etc. En realidad, Salud ya nació con la intención de ser un “hub”, un entorno sobre el que orbitarían un número progresivo de funcionalidades de valor incremental.

Acceder y utilizar datos clínicos de manera segura.
Ahora hay un paso más, y es muy importante por ser un cambio cualitativo. Apple utiliza la aplicación ya existente para permitir que los provisores médicos norteamericanos puedan acceder a ella mediante conexión por API, y hacer que sus sistemas de EMR funcionen en el iPhone. De esta manera se puede usar el canal para compartir datos entre quienes proporcionan los servicios sanitarios y los pacientes. La idea es que no sólo actúe como un visor de los registros de historia clínica que se hayan generado en el hospital, sino que desde el polo del paciente se puedan enriquecer con datos recogidos en condiciones de vida real o reportados directamente por el propio paciente. De esa manera, el iPhone podría actuar como un testigo diario de la salud de cualquier persona, y esta información puesta al alcance del médico para su valoración dentro del trabajo clínico.
Según dice Apple en su página web, “en el pasado, los registros médicos de los pacientes se llevaban a cabo en múltiples ubicaciones, lo que requería que los pacientes accedieran a la web de cada proveedor sanitario y se recopilara la información manualmente. Apple trabajó con el sector sanitario para adoptar un enfoque favorable al paciente, creando una estructura de registros de salud basados en el moldeo FHIR (Fast Healthcare Interoperability Resources), un estándar para la transferencia de esos registros médicos electrónicos. Ahora, los consumidores tendrán información médica de varias instituciones organizadas en una vista que cubre alergias, afecciones, inmunizaciones, resultados de laboratorio, medicamentos, procedimientos y signos vitales, y recibirán notificaciones cuando se actualicen sus datos. Los datos de Health Records están encriptados y protegidos con el código de acceso del iPhone del usuario”.
En definitiva, se trata de un sistema que ha requerido estandarizar inicialmente el modo en el que los hospitales norteamericanos estructuran y organizan la información del paciente, para permitir un acceso estandarizado y ordenado. El peso de Apple como compañía tecnológica ha sido determinante, sin duda apoyado por el hecho de que en el mundo hay más de 1.300 millones de dispositivos funcionando todos los días con su sistema operativo móvil, el iOS. Así la compañía de San Francisco ha logrado algo que incluso muchos países con sistema sanitario de dimensión pública no han logrado, como es unificar el modelo de historia clínica electrónica.
En un principio, algo más de una docena de los mejores hospitales norteamericanos ya están dentro de este sistema. Para el usuario, y según se ha mostrado en algunas versiones preliminares de esa nueva versión del sistema operativo, la manera de funcionar es sencilla. Sólo hay que abrir la aplicación Salud y situarse en la parte final de la pantalla, en la que se ofrecen los centros sanitarios adheridos al sistema. Se selecciona el adecuado, y se introduce el usuario y la contraseña que hayan sido proporcionadas por ese mismo centro. El trasiego de información se hace siempre mediante protocolos de seguridad de mayor nivel, todos los datos viajan encriptados, y a los archivos sólo se accede por el propio usuario mediante el sistema de clave o biométrico (huella o reconocimiento facial) que haya configurado.

Por qué es tan importante.
La importancia que tiene este paso es muy diversa. Para el paciente, para el médico, y para el funcionamientos sanitario.
El paciente dispondrá de un conocimiento más relevante sobre su estado de salud, y siempre podrá acceder a las pruebas que le hayan realizado. Incluso recibirá notificaciones si se producen nuevas aportaciones, y cualquier informe clínico le será entregado sin dilación y directamente a través de su iPhone o iPad. Sin duda, refrenda el hecho de que el auténtico propietario de la historia clínica es el propio paciente.
El médico podrá disponer de más datos de sus pacientes, que podrán llegar directamente a su consulta cuando esta posibilidad se configure. El iPhone se va a convertir en un canal de comunicación específica entre el médico y el paciente, en una doble dirección. La posibilidad de recoger datos de vida real o de carácter ponderativo del paciente sobre su propio estado se hará especialmente relevante en determinadas patologías crónicas.
Pero además, será más fácil conseguir que el sistema sanitario se oriente hacia una mayor eficiencia. Un paciente podrá gestionar sus preferencias asistenciales, solicitar fácilmente una segunda opinión clínica, trasladando al médico de su elección la parte de su historia que sea relevante, y con ello ahorrando la realización de nuevas pruebas diagnósticas.
Siempre se ha dicho -y se seguirá diciendo- que el paciente ha de ser el centro del sistema sanitario. El teléfono móvil, que también constituye el centro de muchas de las actividades cotidianas que desarrollamos, lo va a demostrar fehacientemente. “Agilizar el intercambio de información entre los pacientes y sus cuidadores puede ayudar mucho a hacer que la experiencia del paciente sea positiva”, han declarado desde el Hospital Johns Hopkins. “Esta es la razón por la cual estamos entusiasmados de trabajar con Apple para hacer que el acceso a registros médicos seguros desde un iPhone sea tan simple para un paciente como consultar el correo electrónico”.