Se ha convertido en un lugar común pensar que los médicos ya no somos lo que antes éramos, y que hemos ido perdiendo prestigio: los pacientes no nos respetan igual, se producen cada vez más denuncias y quejas, no nos sentimos reconocidos socialmente, etcétera. Sin embargo, los datos no confirman esta visión apocalíptica. Prácticamente todas las encuestas, tanto a nivel nacional como internacional, nos sitúan como la profesión más valorada y con mayor prestigio social; y no olvidemos que, además, se trata de una profesión con escaso paro laboral. Aunque existe paro entre médicos especialistas, no lo hay como médicos. Es decir, que hay alergólogos, geriatras o inmunólogos que no trabajan como especialistas, pero lo hacen como médicos realizando otra tarea; de hecho, las encuestas indican que la medicina es la profesión más ´profesionalizante´: a prácticamente al 100% de los titulados en medicina su grado le ha servido para encontrar trabajo, situando a la medicina por encima de las ingenierías con más salidas laborales. A ver si en lugar de estar de capa caída, entre el prestigio que tenemos y las salidas laborales, al final va a molar ser médico. Pues sí: la medicina es un trending job.
Según la última Encuesta sobre Prestigio Ocupacional y Estructura Social (2014) del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), ante la pregunta: Ahora voy a mostrarle una lista de profesiones o trabajos. Puntúe, por favor, cada uno de ellos, de 0 a 100 según el prestigio o valoración social que cree que tienen en la sociedad española actualmente, la profesión de médico fue la más valorada, siendo prácticamente la única que supera de media los 80 puntos. La encuesta se realizó a 5.985 adultos y se preguntaba por 285 ocupaciones. Tras la medicina, la única profesión que superaba los 80 puntos era la de bombero. Estos datos se repiten en casi todas las encuestas, tanto en España como en otros países. En 2018 el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades publicó los resultados de la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología, en la que habían participado 5.200 sujetos. Al peguntar por la valoración que otorgaban los encuestados a los profesionales, clasificando dicha valoración en una escala del 1 al 5, los médicos eran los profesionales mejor valorados (4,67), seguidos de los científicos (4,53), muchos de los cuales a su vez también serán médicos.
Hemos mostrado datos directos del elevado prestigio de los médicos, pero también los hay indirectos. Sólo hay que pensar en la cantidad de novelas y películas que tienen como protagonista a un médico. Y en la manifestación cultural más popular de la actualidad, las series de televisión, los médicos gozan de una reputación inigualable, ahora y antes. Basta recordar las series City Hospital, Marcus Welby, M.A.S.H., Un médico precoz, Médico de familia, Doctor en Alaska, Urgencias, Anatomía de Grey, House, La doctora Quinn, A golpe de bisturí o The Good Doctor, entre otras muchas. Definitivamente, la medicina es un trending job.
Pero… ¿molan igual todos los médicos? Porque en la encuesta del C.I.S. los especialistas obtenían una puntuación de 84 (la más alta de todos) y los médicos de familia de 80. Esto se puede leer en positivo, porque los médicos de familia son más valorados que ingenieros, jueces, abogados o periodistas; pero también se transmite que los médicos, si son especialistas, molan más. El prestigio social de los médicos más especializados es habitual, en España y fuera de nuestras fronteras. Los médicos más generalistas y, en especial, los médicos de familia, a pesar de que son el soporte de nuestro sistema sanitario y de tener la difícil tarea de valorar globalmente al enfermo, gozan de menos fama que los superespecializados. A pesar de ello, los que trabajan en sanidad saben que todos son igualmente importantes: el geriatra y oftalmólogo que ve retina, el médico de familia y el cardiólogo intervencionista, el internista y el cirujano pediátrico. Sin embargo, social y profesionalmente, el generalista adolece de peor consideración, y el ´eminente´ Dr. Gregory House parece que mola más que el sencillo Dr. Fleischman, de Doctor en Alaska.
Los estudiantes de medicina ¿eligen la carrera porque mola y la medicina es un trending job, o por lo que clásicamente se ha llamado vocación? Hay muchos estudios al respecto. En una encuesta realizada en Irlanda a más de 300 estudiantes, entre los motivos para elegir la carrera se encontraban el deseo de ayudar y trabajar con personas, el deseo de prevenir y curar enfermedades, pero también la satisfacción intelectual, la recomendación de familiares/amigos, las cuestiones económicas, la independencia profesional y el prestigio. Según el escocés Alasdair MacIntyre, cada profesión tiene un bien interno, que sería su fin primordial, en el caso de la medicina la búsqueda de la salud. Los bienes externos son las recompensas que se obtienen de forma secundaria al ejercer la profesión: dinero, fama, poder, influencia, prestigio, etcétera. Estos bienes o intereses externos deben estar subordinados al bien primario de la profesión, de la medicina. Lo deseable sería que nuestros futuros médicos elijan la profesión por su bien interno, y que el prestigio sea una sencilla recompensa.
En los últimos años nuestro sistema sanitario se ha puesto en cuestión, especialmente por su elevada demanda asistencial, la cual ha crecido exponencialmente, con unos recursos que siempre son limitados. Sin embargo, parece que la figura del médico se mantiene al margen de las críticas y quejas sobre el sistema sanitario. Pero esto no es una carta en blanco. De nosotros depende mantener un prestigio hasta ahora muy elevado, y no porque sea lo esencial de nuestra profesión, sino porque refleja que cumplimos con lo que nuestros pacientes quieren: que les cuidemos en lo que más les importa.