Pueden utilizarse en todos los genotipos del virus.
La transmisión de las hepatitis B y C se produce a través de la sangre, y “puede tratarse exitosamente con antivirales que tienen porcentajes de curación muy altos, de un 90 y 96%”, según ha señalado el Dr. Pedro Moras, director del Instituto de Alteraciones Digestivas de Vithas Internacional.
Respecto a las novedades en cuanto al abordaje de la hepatitis C, el Dr. Mora ha destacado que “los nuevos fármacos antivirales en los que se está trabajando tienen la ventaja de que pueden utilizarse en todos los genotipos del virus, es decir, en todas sus variedades, lo que facilita las pautas de tratamiento”.
Asimismo, la mayoría de pacientes con este tipo de hepatitis podrían curarse completamente en un plazo de 3 a 6 meses, según datos de la OMS, que además añaden que solo el 5% de las personas que padecen hepatitis crónica sabe que está infectada.
“A nivel mundial existe un gran desconocimiento sobre esta patología y un escaso acceso a los tratamientos”, ha añadido el Dr. Mora, y ha continuado argumentad que “con el tratamiento apropiado, las hepatitis B y C se pueden evitar la aparición de complicaciones potencialmente mortales, como la cirrosis y el cáncer de hígado”.
También hay otros dos tipos de hepatitis, como la A, la cual es de transmisión oral y no produce cuadros de hepatitis crónica, “casi todos los pacientes con hepatitis A se recuperan totalmente y adquieren inmunidad de por vida, pero una proporción muy pequeña de casos pueden morir de hepatitis fulminante”, ha afirmado el experto. Lo mismo ocurre con la hepatitis E, de transmisión oral o fecal, principalmente a través de aguas contaminadas.
Durante la 69ª Asamblea Mundial de Salud, celebrada en Ginebra hace un año, se aprobó la primera Estrategia Mundial del Sector de la Salud contra las hepatitis víricas, con el objetivo de eliminarlas en los próximos 13 años.