Mientras que en los años 80/90 todas las empresas buscaban perfiles llamémoslos “técnicos”, ahora cada vez mas, se están buscando perfiles técnico-comerciales o comerciales y estos escasean en el mercado.
En este momento a bancos, compañías de seguros y otras empresas se servicios, se les está planteando un serio problema, ya que no sólo se encuentran con grandes problemas para encontrarlos, sino que además tienen dificultadas para trasladarles una oferta económica que les atraiga.
Esta situación está provocando una importante inflacción salarial ya que en la mayor parte de los casos, los candidatos con buen perfil llegan a las entrevistas de trabajo poniendo encima de la mesa un listón económico alto, por debajo del que no están dispuestos a incorporarse a la empresa. Igualmente está provocando contínuas fugas a otras empresas y una continuada rotación de profesionales.
En los últimos tiempos se viene observando como los jóvenes, una vez que alcanzan un poco de experiencia y formación, salen al mercado para encontrar una empresa similar donde estén dispuestos a pagarle mas. Otras veces lo que pretenden es ampliar su currículum para conseguir puestos de mayor nivel.
Las empresas son conscientes del problema, sufren la inestabilidad de sus plantillas, invierten muchos recursos en procesos se selección y formación, pero a causa de las necesidades que tienen, parece que no pueden hacer nada y se conforman con contratar a profesionales cada vez mas caros.
Desde mi punto de vista el problema está en que las empresas han decidido prejubilar a muchos profesionales cualificados, con mucha experiencia y formación, y ahora se encuentran con unas plantillas compuestas por colaboradores junior que, teóricamente, están muy preparados, pero que no tienen experiencia adecuada, que cada vez exigen mas y que cada vez tienen menos calidad y consiguen un peor desempeño. (lo que parecía que iba a ser mas barato se les está convirtiendo en cada vez mas caro e ineficaz).
En los tiempos que corremos resulta verdaderamente difícil encontrar personas dispuestas a aprender, comprometerse y consolidarse en una empresa. Por el contrario se encuentran personas que buscan los mejores niveles salariales y los puestos mas relevantes, pero sin ningún interés en mantener una cierta fidelidad.
Las empresas necesitan una clara orientación a sus clientes y para ello necesitan talento y fidelidad, pero ahí es donde está el problema. Ya se empieza a ver cómo en muchas entidades se ponen en práctica programas de retención de talento, promociones internas, conciliación vida laboral y familiar, beneficios sociales, etc. y tendrán que dedicar muchos esfuerzos si quieren resolver ese problema.