Conduciendo por las carreteras y autopistas españolas, alguna vez, la Dirección General de Tráfico tuvo la gentileza de mandarme una comunicación, acompañada de una bonita fotografía de mi coche, como recuerdo de mi paso por determinado lugar.
El proceso era muy sencillo. Recibía un correo electrónico donde se me decía que tenía una comunicación en mi dirección electrónica vial. Amablemente me dejaban un enlace, pinchaba en él y como tengo instalado en el PC en certificado digital de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, accedía de modo inmediato a esa comunicación que, como no podía ser de otra forma, me advertía de que se iniciaba un proceso sancionador contra mí, por exceso de velocidad. Como no era cuestión de recurrir nada, porque ciertamente había infringido una norma de tráfico, el portal de la DGT con un procedimiento muy sencillo me facilitaba en pago de la multa de modo electrónico y además beneficiándote de un descuento del 50% por pronto pago.
Alguna de esas sanciones se produjo en el País Vasco y como tienen las competencias cedidas en materia de tráfico, el Gobierno Vasco, a través de su sede electrónica Euskadi Net, siguiendo los mismos procedimientos de la Dirección General de Tráfico, me realizó la comunicación electrónica de que se iniciaba el procedimiento sancionador. Las comunicaciones se realizaron en correcto castellano (nada de euskera) y el proceso se terminó de modo ágil y correcto. Sin ningún contratiempo.
En Septiembre viajé a Cataluña, y caramba, qué mala suerte, los Mossos d’ Esquadra me pillaron en Lérida sobrepasando la velocidad permitida. Independientemente de que igual tengo que reflexionar y pensar en conducir con menos alegría, he de decir que los procesos de esta multa han sido una auténtica pesadilla. Y también me da pie a decir que los políticos catalanes con el Sr. Mas al frente, en vez de dedicarse al secesionismo, mejor se dedicaban a mejorar el funcionamiento de la administración pública catalana y además de ello a respetar a los españoles como yo, que no sabemos hablar catalán.
Voy a relatar mi pesadilla: Recibo un correo electrónico que me dice: li comuniquem que té a la seva disposició una notificació electrònica de la *Generalitar de Catalunya. Llevaba incorporado un enlace a su página web y pinchando en el trato de acceder a su sede electrónica para descargar la notificación. Imposible. No lo logro. El navegador Google que tengo instalado me dice que no puedo acceder a esa página porque no acepta no sé qué complemento. Cierro este navegador y pruebo con el internet Explorer. Avanzo un poco más… ya puedo acceder a la sede electrónica, pero, sorprendentemente no se me acepta la firma digital que tengo de la FNMT. Pruebo entonces con mi carnet de identidad y más de lo mismo, no se me reconoce.
Como en casa tengo un experto en informática le dejo a él la operación. Papá, la cosa está clara, los sistemas de la Generalitat no están adaptados para tu sistema operativo que es el moderno Windows 10. Relleno un formulario de contacto que tienen y les advierto de esto para que me resuelvan el problema. Les pido en ese formulario que me envíen la comunicación por correo electrónico y en castellano. Me contestan en catalán y “como hablo algo en la intimidad” interpreto que estudiarán mi problema. Como en plazo para recoger la notificación se agota y no recibo respuesta, recurro a su teléfono de contacto que, para los que vivimos fuera de Cataluña, es un teléfono 902. Tuve que llamar varias veces y además de ello, perdí la paciencia esperando porque me pasaban de un lado a otro y además hablándome reiterativamente en catalán. Probablemente los 50€ de la multa los gasté en esas llamadas, ya que como todo el mundo sabe, tienes que pagar por llamar a esos teléfonos.
Como el tema seguía sin resolverse, mandé del orden de seis comunicaciones, pidiendo explicaciones y sobre todo pidiendo que me contestaran en castellano ya que yo no residía en Cataluña. Siempre recibí respuestas automáticas rutinarias, siempre en catalán y siempre diciéndome que pasaban mi queja a los técnicos. Harto de todo esto, queriendo quitar el problema del medio, decido usar un PC portátil que tiene un sistema operativo más antiguo. Con el DNI para firmar instalado trato de acceder. También imposible. No hay manera. Nuevamente interviene mi hijo experto en informática, consigue hablar con un informático de la Generalitat y entre los dos abren el acceso a la puñetera notificación.
Pero, tristemente, el problema no acabo ahí, ya que si quiero pagar tengo que personarme en las dependencias del Departamento Catalán de Tráfico o mediante tarjeta de crédito llamando al puñetero 902 cuya llamada cuesta un ojo de la cara. Por internet no puedo hacerlo por los ya archicomentados problemas de acceso a la oficina virtual. Como la cuarta opción era hacerlo en una oficina de La Caixa, me persono en una Sucursal de Oviedo y al final puedo pagar los 50€ de multa, no sin antes esperar a que los pobres empleados que andaban totalmente despistados, averiguaran el procedimiento para hacer efectiva la multa en ventanilla.
Una vez que ya he aburrido al lector, contado mis penas con esta multa tengo que finalizar diciendo. Señor Mas, por favor, deje a un lado el independentismo, la confrontación y el proceso secesionista. Preocúpese de mejorar sus servicios públicos y sobre todo, respete a los ciudadanos españoles que como yo, no sabemos hablar catalán. No quiero perder el tiempo más, pero, si yo hubiere decidido recurrir a los Tribunales de lo Contencioso Administrativo, esta multa sería nula de pleno derecho, por un manifiesto defecto de forma en su notificación. He quedado harto del proceso administrativo catalán.