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Guillermo Díaz Bermejo

A las pruebas me remito

EL COMPRADOR DEL FUTURO

Leyendo un reciente  informe elaborado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la información, en el que se desprende que los ciudadanos cada vez estamos realizando más compras por internet, se me ha ocurrido reflexionar y preguntarme cómo será el comprador del futuro, ya que resulta incuestionable que el uso de las nuevas tecnologías, la llegada del llamado internet de las cosas y los cambios en los hábitos de los consumidores, como los que se reflejan en este informe, está generando una evolución acelerada de los procesos de compra. Probablemente, en tiempo no muy lejano, “ir de compras” será una actividad totalmente diferente a como lo hacemos hoy.

De hecho, en este momento, aun cuando se van introduciendo poco a poco, nos podemos encontrar ya con una serie de avances tecnológicos que están revolucionando los hábitos de consumo. Voy a comentar algunos de ellos:

Reconocimiento Facial: En Estados Unidos ya se está utilizando una tecnología que reconoce las expresiones faciales del cliente y con ello averigua el estado de ánimo de las personas que entran y salen de las tiendas, detectando también sus reacciones ante diferentes marcas y presentaciones de productos. En esta misma línea la cadena de hipermercados Tesco, del Reino Unido ha instalado una tecnología de reconocimiento facial que de modo automático ajusta sus promociones publicitarias a los clientes que hacen fila, según su sexo o su edad estimada.

Pagos sin contacto y pagos con huella dactilar: Cada vez va a ser más frecuente que efectuemos los pagos con el teléfono móvil. Con la tecnología “contactless payment” que de hecho yo la tengo instalada en alguna de mis tarjetas de crédito, y a la vez en mi móvil, simplemente acercándola a la caja de la tienda, podremos realizar el pago. Esto mismo podremos hacerlo en los transportes públicos. Igualmente como ya se hace en algunos establecimientos europeos, se podrá pagar con un escáner de huella dactilar. Los datos biométricos se guardan en una tarjeta de pago para interactuar con la caja registradora.

Ofertas personalizadas:  En el momento de hacer las compras probablemente la privacidad se perderá ya que las tiendas dispondrán de sensores que recogerán información sobre cuantos clientes entran y donde se detienen más tiempo. Habrá intercambio de información entre las tiendas y los clientes que portan un teléfono inteligente. Esta es una tecnología que ya se está utilizando en la zona londinense de Regent Street, en la que algunos comercios han instalado iBeacons que es una tecnología que utiliza Bluetooth para emitir ofertas y sugerencias personalizadas a los clientes sobre productos que desean comprar con una alta probabilidad.

Etiquetas inteligentes: Empresas como Thinfilm en Noruega, incluyen dispositivos electrónicos a medida que el coste de la tecnología disminuye. Utilizan una tecnología que le dice al consumidor, por ejemplo, si la leche es fresca o un producto cumple determinados estándares internacionales. Cuando el coste baja, las estanterías están llenas de sensores con sugerencias de cómo combinar productos o de alertas si por ejemplo un producto no es apto para cierto tipo de alergias..

Entregas personalizadas. La opción “clic y recoger” estará a la orden del día, con puntos específicos instalados en el metro, las oficinas, etc. A ello se suma el uso de asistentes personales a pedido, como WunWun, que ofrecen un servicio de entrega en una hora a través de una aplicación móvil.

Probadores inteligentes y cambiadores digitales. Marcas como Magic Mirrorestá ya han desarrollado espejos virtuales que permiten “probarse” ropa sobre una proyección de uno mismo en una pantalla. A través de sensores en el cuerpo, la tecnología crea un modelo virtual del cuerpo en el que luego se añaden las prendas mediante una pantalla táctil. De este modo se evita en engorroso problema de quitarse y ponerse prendas.

En Hointer, tienda de ropa masculina, existe la oportunidad de escanear el código QR de la etiqueta de una prenda para escoger la talla a través de su app. Tras el escaneo directamente la pieza identificada cae por un conducto hacia el vestuario, acelerando así el proceso de compra. Igualmente habrá pantallas táctiles interactivas en los probadores, para comunicarse con los dependientes

Tiendas virtuales. De nuevo los hipermercados británicos Tesco instalaron una tienda virtual en el metro de Seúl, en Corea del Sur, donde se puede hacer la compra en estanterías virtuales que tienen el mismo aspecto que las de verdad y puedes escanear los productos con el móvil de camino al trabajo. Al terminar la jornada los clientes que regresen a casa podrán encontrar la compra allí.

Impresión en 3D. Nuestra realidad consumista se verá muy influenciada por tiendas donde puedas tocar una pantalla, bajar un diseño particular y hacer que se imprima un producto.

Las tiendas de impresión en 3D son las que sustituirán a los establecimientos que hoy en día hacen los servicios de impresión, aunque hay expertos que apuestan por cabinas de impresión 3D parecidas a las de teléfono.

Asistentes robotizados. En Corea del Sur ya cuentan con algunos asistentes robotizados en centros comerciales que ayudan a los clientes a encontrar tiendas, pese a que probablemente serán los que hagan el inventario, supervisen el almacén y la frescura de productos perecederos, así como llenen las estanterías.

Ya existe AndyVision, un robot creado por la Universidad de Carnegie Mellon, en Pennsylvania, Estados Unidos, que escanea las estanterías para generar un mapa interactivo del almacén a tiempo real y de ahí alertar a los empleados por si hay algo fuera de lugar o si los niveles de existencias están bajos. También  tendremos dependientes holográficos capaces de responder a preguntas y facilitar la transacción comercial.

Carros de compra inteligentes: Estos carros de compra llevarán instalada una pantalla que permitirá localizar los productos de la tienda, comprobar los precios de los productos, encontrar las promociones que haya, descargar recetas e incluso pagar directamente, sin necesidad de registrar los productos en la línea de caja.

Para terminar diría que aunque parezca que hablamos de un futuro lejano, lo cierto es que en poco tiempo ya lo sabremos en toda su extensión. El proceso de cambio en las compras, es imparable.

 

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Sobre el autor

El blog de un jubilado activo dedicado al voluntariado social, permanentemente aprendiendo en materia del derecho de las nuevas tecnologías y crítico con la política y la injusticia social.


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